CDMX.- La actividad eléctrica en las tormentas llega a ser intensa cuando existen las condiciones idóneas, produciendo un espectáculo sin igual para el ser humano. Esta situación, se da únicamente con más frecuencia en la zona del lago Maracaibo, en Venezuela; en una extensa región pantanosa situada al Sur y Occidente de este lago, donde desemboca el río Catatumbo.
Se sabe de este fenómeno electro meteorológico desde hace tiempo, a través de las tribus indígenas que habitan la región, como los Wari, que lo identifican como millones de luciérnagas que se reunían todas las noches para rendir tributo a los dioses creadores.
Lope de Vega refirió al fenómeno como “el relámpago perpetuo” en su poema La Dragontea, en 1597, aunque la primera descripción científica fue de Alexander Von Humboldt, que señaló la peculiar situación “explosiones eléctricas que son como fulgores fosforescentes”.
Al fenómeno se le llama “relámpago del Catatumbo” o “Faro de Maracaibo”. Es el lugar con más actividad eléctrica en el planeta, no sólo por los días del año con tormenta (160), sino por las 50 descargas eléctricas por minuto que se producen en cada episodio, con una duración de siete a 10 horas, lo que genera un espectacular horizonte de destellos sin cesar por las noches, además de que produce gran cantidad de ozono, 10% del que se produce en la Tierra.
La explicación científica se debe a un efecto local asociado con la orografía, que en interacción con vientos alisios crea un transporte y concentración de aire marítimo tropical a la zona del lago Maracaibo, aunque manejan la versión de la influencia del proceso del metano, que abunda en las ciénagas, misma zona donde se forman las tormentas.
Sea cual sea la razón, hay un intenso resplandor que se observa a cientos de kilómetros, lo cual también ayuda mucho a la navegación nocturna en esa zona.