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Zona de niños en el panteón, un lugar angelical

Superiberia

Adriana Estrada

El buen tono 

Orizaba.-  La pérdida de un familiar siempre causa un dolor; sin embargo, cuando fallece uno de los integrantes más pequeños, aquellos que empiezan a vivir y son la alegría de cada momento, el tiempo se detiene, y así es como viven muchas de las madres que tuvieron que sepultar a sus niños, cuyos restos descansan en una área del cementerio municipal, en esa zona el tiempo parece también haberse detenido, pues las sepulturas lucen muy coloridas y con múltiples juguetes, pero sobre todo con un ambiente de tranquilidad, en donde todos los días y a cualquier hora se ve a una madre visitando a su bebé.

El Cementerio Juan de la Luz Enríquez, resguarda una zona especial para el sepelio de los niños, que surgió por casualidad, pues estaba repleta de piedras, y por necesidad se aperturó para que los pequeños descansaran; el área guarda muchas cosas históricas, desde 1884 que se tienen los registros de las sepulturas.

En el panteón se encuentran muchos restos de personas que han dejado la vida para trascender; sin embargo, aquellas despedidas más dolorosas son la de los pequeños, quienes sus familias deben soltarlos y dejarlos ir para enterrarlos en este espacio.

En la zona de los niños se pueden observar múltiples monumentos coloridos, con frases que muestran amor hacia los pequeños por parte de sus familiares, cada uno tiene algo en especial, los juguetes que al cuerpo que descansa en ese sepulcro le gustaba.

Las tumbas se les ven siempre con juguetes que cotidianamente les renuevan sus familias, hay quienes les ponen adornos de acuerdo a la temporada, nunca faltan las golosinas y los globos.

A decir de los panteoneros que laboran todos los días en el cementerio, los sepelios de los niños son más dolorosos de lo que se piensa, pues es un alma que empezaba a vivir la que se está poniendo en un cajón y bajo tierra, es ahí donde el dolor de las madres se percibe.

Lo que se escucha y ve

Si recorres el cementerio, se puede ver que esta zona se percibe tranquilidad, pues no se escucha ningún ruido, más que el de los rehiletes y los globos que se mueven, aun cuando no hay viento, estos misteriosamente siempre suelen estar en movimiento.

Pero hay quienes dicen que durante el día se logran escuchar las risas de niños, pasos que corren entre los pasillos y algunas sombras pequeñas que se atraviesan por los monumentos.

En este lugar se encuentran sepultados los restos mortales de los pequeñitos desde los 0 hasta los 17 años, y en cada monumento se percibe el gran amor que le sigue teniendo su familia, pues los recuerdan a través de los bonitos adornos que colocan en las tumbas.

Los adornos

Esta zona tiene casitas, muñecas, superhéroes, carritos y una gran variedad de juguetes, que son puestos especialmente para los niños que se despidieron de sus padres en la vida terrenal.

Cada uno tiene una esencia y se dice que no pueden ser tocados más que por su familia, pues se enojan y provocan travesuras.

“En una de las tumbas que tiene coches adornando, en una ocasión un niño que vino a un sepelio de junto, se puso a jugarlo, terminó el servicio, y el niño se fue con sus papás, adelante se cayó y se pegó en la frente, y así han pasado varias cosas que pensamos que es por eso”.

Y es que cada uno de los juguetes los dejan sus familiares, principalmente sus madres, con mucho amor, y con la idea de que es para sus pequeños, para que puedan seguir jugando mientras descansan, por lo que estos deben ser respetados y no quitarlos de donde se colocan.

Sin duda, esta área guarda mucho misterio, pero sobre todo amor de las madres que han dejado descansar a sus hijos, pero que los siguen visitando y poniéndolos en resguardo de los ángeles que rodean sus monumentos.  

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