Redacción
El Buen Tono
Yanga.- Daniel Rosas Luna, mejor conocido como “Yambo”, representa lo peor de la clase política: un personaje sin arraigo, sin principios y —lo más alarmante— sin valores. Fue rechazado por el pueblo de Yanga en 2021, pero regresa en 2025, no con propuestas ni trabajo de base, sino con una maleta cargada de billetes. Cinco millones de pesos, según fuentes internas de Morena, fue el precio que pagó para comprar su candidatura a la alcaldía, en complicidad con el dirigente estatal Esteban Ramírez Zepeta.
Yambo no solo es ajeno a la gente de Yanga —vive en Córdoba, se asume como cordobés y desprecia a los yangüenses—, sino que además representa una amenaza moral para el municipio. Es el único de su familia que fracasó con el negocio de los Pollos Yambo, una empresa que su padre levantó con esfuerzo. Ni siquiera pudo sostener un negocio acreditado: ¿cómo podría sostener una administración pública?
Pero más allá de su ineptitud, lo que verdaderamente indigna es su falta total de ética. Yambo presume con descaro su amistad con Manuel Alonso Cerezo, el “facturero del crimen organizado” y otro candidato impuesto en Córdoba. Y peor aún: se rodea de personajes marcados por el abuso, la corrupción y la decadencia.
Entre ellos se encuentran:
Alejandro Contreras, señalado por acoso sexual.
Carlos Crively, acusado por hostigar a trabajadoras.
Eduardo Soriano, señalado por mantener una relación con una menor de edad.
Ricardo Soriano, exhibido en video mientras se toca sus partes íntimas desnudo y borracho.
Luz Marín, responsable de robar y quemar urnas en la pasada elección.
Este no es un equipo de campaña: es una pandilla sin escrúpulos. Es el reflejo del tipo de liderazgo que Yambo representa: uno basado en el dinero, el abuso de poder y la desvergüenza.
Morena traiciona a su base al permitir este tipo de imposiciones. Yanga no necesita más oportunistas. Necesita líderes con convicción, con principios, con amor por su tierra. No alguien que solo aparece cuando huele a presupuesto.
Imponer a Yambo es un insulto a la inteligencia y la dignidad de los yangüenses. No tiene principios, no tiene trayectoria, no tiene vergüenza. Lo único que tiene es una red de favores y un historial que debería avergonzar a cualquier partido serio.
