Moscú.- La espera de cuatro años terminó ayer lunes, cuando al mismo tiempo comienza la verdadera hora de la verdad, pues la Selección Mexicana pisó ya territorio mundialista al arribar cerca de las 19:00 horas locales (11:00 del Centro de México) a la capital rusa, epicentro de la Copa del Mundo 2018.
Después del partido del sábado en Copenhague, el Tricolor permaneció un día más en Dinamarca, desde donde se trasladó a Moscú, donde el próximo domingo enfrentarán a Alemania en el estadio Luzhniki. El equipo fue recibido por cinco aficionados que aguardaron la llegada por más de tres horas afuera del Aeropuerto de Sheremetyevo, uno de los tres con que cuenta Moscú, tan sólo para ver si algún jugador se acercaba para tomarse una foto o darle un autógrafo, principalmente Chicharito o Guillermo Ochoa, por quienes más gritaron. Sin embargo, la salida de los jugadores fue de prisa, con Diego Reyes como el primero en salir sin mucha alegría, pero el resto saludando a lo lejos, vestidos de traje y tenis, con el mismo uniforme utilizado para el abanderamiento en Los Pinos hace unos días, directo a abordar el vehículo que lleva como frase ¡Hechos en México, hechos para la victoria!
Quien se dio unos minutos para pasar entre la estrecha vigilancia de soldados y llegar hasta la valla de seguridad fue el entrenador Juan Carlos Osorio, el último en salir de las salas del aeropuerto y de semblante serio, sin expresar mucha emoción por estar ya en el País mundialista, pero seguro de que ya tiene prácticamente definido al cuadro para el debut.