Córdoba.- Ayer nos despertamos con la noticia del asesinato del profesor Luis Sáinz, nuestro día ha sido uno lleno de impotencia y frustración. Los cordobeses nos estamos acostumbrando a la impunidad, esta es nuestra rutina. La mayoría de los delitos quedan siempre ahí, en una “investigación”, porque eso han dejado como herencia el alcahuete de Lavín, Portilla y hoy, Tomás Ríos Bernal.
¿A qué estará esperando Tomás, a que asesinen a más cordobeses que se supone tiene que cuidar?
¿No ha pensado en que su familia también se dedica al comercio y que está expuesta a las mismas inclemencias que los demás? ¿No es suficiente la precaria situación económica en la que estamos sumergidos? ¿Qué más necesita de los cordobeses para ponerse a trabajar en la seguridad? Estamos llegando a un punto en el cual, ir a trabajar se está volviendo un peligro. No se mencione nada de pretender dar un paseo por las calles de Córdoba.
Tomás Ríos Bernal: ¿Qué otra cosa tiene que suceder, para que de inmediato implementen un programa de protección para el municipio?