Por: Andrés Timoteo / columnista
Una buena nueva para abrir la semana es que la Fiscalía General solicitó el desafuero del alcalde de Coxquihui, el priista Reveriano Pérez Vega, conocido como “El Pelón”, quien lidera una banda delictiva, también llamada “Los Pelones”, la cual ha sembrado el terror en la región totonaca desde los tiempos de la fidelidad. Ese grupo delictivo no sólo acapara el servicio de transporte rural -dicen que el innombrable les entregó cientos de concesiones- sino que también usarían esa modalidad para el trasiego de productos ilícitos.
Pérez Vega no sólo mantiene ‘secuestrada’ políticamente -pero a punta de pistola- la Alcaldía sino que ha llegado a cometer atentados contra militantes de la oposición que se atreven a competir por el cargo edilicio. Todo lo anterior gracias a la protección e impunidad que le prodigaban sus tres padrinos: el innombrable, Javier Duarte y Héctor Yunes Landa. Por fin se le acabará la cobija exención, y antier en el Congreso Local se le dio entrada a la petición para retirarle el fuero constitucional y proceder a detenerlo.
Ahora sólo les falta
desaforar al alcalde de Fortín de las Flores, el golpeador de mujeres, Armel Cid de León, quien es un símbolo de la impunidad sostenida con los alfileres del fuero, lo que le ha ayudado a burlar los tribunales. A principios de año, este Gobierno Estatal presentó una solicitud de juicio de procedencia ante el Congreso Local y los diputados decidieron ofrecer protección al edil originario de Oaxaca. ¿De a cómo fue la ‘untada de mano’?, se preguntaron muchos el pasado mes de mayo cuando fue desechada la petición para desaforarlo.
Es posible que Cid de León concluya su mandato al frente del Ayuntamiento -ya le quedan 4 meses- porque las influencias de su suegro lo ayudan, aunque seguramente ni siquiera se presentará a entregar el cargo por temor a que sea detenido allí mismo. El consuelo de los sufridos fortinenses es que no hay Armel que dure cien años ni suegro que lo proteja para siempre. El primero de enero próximo el señor Cid de León será carne de penitenciaría si no huye y si hay voluntad política para aplicarle la Ley.
También a la Fiscalía General le falta detener al de Medellín de Bravo, Omar Cruz Reyes, quien ordenó el asesinato del periodista Moisés Sánchez y al de Coatepec, Roberto Pérez Moreno, quien mandó a secuestrar y matar a su tesorero, Guillermo Pozos. Estos dos últimos salieron más geniales que Duarte porque llevan más de dos años prófugos y nadie da con su paradero. Desde el 2015 ambos se dieron a la fuga con el permiso y apoyo del Gobierno pasado.
El panista Cruz Reyes, aliado de Duarte de Ochoa y el innombrable en la privatización del Sistema de Agua y Saneamiento (SAS) para entregárselo a la transnacional Odebrecht fue ayudado a escapar. Las mismas facilidades le dieron a Pérez Moreno, apodado “El Juanelo”, quien según estaba escondido en Nueva York, pero le han visto pasearse por la Ciudad de México y por el mismo Coatepec sin que nadie lo moleste. Ese es el grado de impunidad que gozan los tres ediles símbolos de la corrupción y la delincuencia solapada desde esferas gubernamentales.
LA OTRA BODA
Dicen que el diputado federal y exvocero duartista, Alberto Silva Ramos, se casó el sábado pasado en el templo de Nuestra Señora de la Asunción del municipio de San Rafael, al Norte del Estado, pero su boda no causó tanto alboroto como la del diputado local Rodrigo García Escalante, cuyos esponsales fueron en la Riviera Maya, por el uso del tiempo legislativo y también el presunto financiamiento del erario público para trasladar a diputados invitados a la fiesta.
En el caso de Silva Ramos, aunque se especuló bastante en los días anteriores, cuando corrieron las amonestaciones para la boda religiosa sobre los políticos que asistirían al evento -a excepción del exgobernador Javier Duarte que está en prisión- todo se realizó con bajo perfil mediático. Silva se casó con su secretaria, de nombre Paola Virues Rodríguez, 19 años menor que él, casi a escondidas, en la penumbra, si es que se realizó dicha boda.
No necesitaba más reflectores de los que ya tiene el también exalcalde de Tuxpan, pues la noticia que acaparó titulares el fin de semana fue su deslinde del saqueo financiero que hizo por escrito ante la Fiscalía General del Estado, según lo difundió el portal Animal Político. Silva Ramos se ‘lavó las manos’, como dice el clásico, y culpó de todo a su predecesora en la Coordinación de Comunicación Social, María Gina Domínguez y al tesorero de Sefiplan, Tarek Abadalá, quien es su compañero de bancada en la Cámara de Diputados.
El argumento de defensa es pueril, por supuesto, pues afirma que él no autorizó el pago de más de 645 millones de pesos a diez empresas fantasma sino que sólo consiguió las facturas para arreglar el entuerto que le dejaron Domínguez y Tarek. ¿Pues de qué se trata si encubrir un ilícito también es ilegal, lo hace cómplice? Vaya que para torpe no se estudia, pero en fin, tal es la defensa de quien es considerado el hombre más cercano a Duarte de Ochoa.
Pero lo expuesto en su defensa también devela -por supuesto- una cierta desesperación. Intenta sacudirse de un proceso judicial, culpando a los demás. Aplicando el tradicional epitafio: de que sufran en su casa a que sufran en la mía. Sin embargo, nada de lo que diga es creíble, pues Silva Ramos es un ladrón contumaz, hizo el uno-dos con Duarte de Ochoa, y hoy, luego de doce años de haber sido servidor público -desde la fidelidad hasta el duartismo- es uno de los fidelistas más acaudalados.
El caso de Silva es parecido al de Armel Cid porque si no lo desafueran ahora, habrá que esperar hasta el primero de septiembre de 2018 -ya dentro de un año y escasos ocho días- para que deje de ser diputado y pueda ser detenido. ¡Corren las apuestas para ver si huye o no del País! –igual que se reciben pujas por Armel Cid de León si pone o no pies en polvorosa-.
DÍAS DE CAMPO
En España han localizado y abatido a Younes Abauyaaqoub, el yihadista que condujo la furgoneta contra la multitud que paseaba en Las Ramblas, matando a 13 personas. Duró cuatro días la cacería del terrorista. Además, la agrupación policiaca de Cataluña, los Mossos d’Esquadra, abatieron a otros cinco terroristas en Cambrils, cerca de Barcelona, y cuatro más fueron detenidos.
Nueve de los diez autores de los atentados de París, Francia, en noviembre de 2015, están muertos. Siete murieron en los ataques suicidas, y dos fueron localizados cinco días después en Saint Denis, al Norte de la ciudad donde los abatieron. Sólo uno de ellos, Salah Abdeslam, el supuesto cabecilla de la banda, permaneció prófugo cuatro meses, pero fue ubicado y detenido en Bruselas, Bélgica. Se le repatrió a Francia y es el único encarcelado.
En México no hay terroristas musulmanes que ataquen multitudes, pero sí hay delincuentes peores, los integrantes de los cárteles del narcotráfico que todos los días dejan una estela de muerte por el País. Son más peligrosos porque cuentan con el apoyo -y a veces hasta la cooperación- de las corporaciones policiacas, de los políticos y los gobernantes. Las masacres en Europa son un ‘día de campo’ en comparación a lo que en México se padece.
Han ocurrido decenas de asesinatos múltiples, pero sus autores siguen libres. Basta hacer un breve recuento del horror: la masacre de Allende, Coahuila, donde un grupo criminal asesinó a más de 300 personas en marzo del 2011. La matanza de Acteal, Chiapas, el 22 de diciembre de 1997, cometida por paramilitares protegidos por el Gobierno, los cuales asesinaron a 45 indígenas tzotziles, entre ellos ancianos, mujeres embarazadas y niños.
Las dos masacres de San Fernando, Tamaulipas. La primera con un saldo de 72 personas asesinadas durante los días 22 y 23 de agosto de 2010 y la segunda entre febrero y abril de 2011 con 289 víctimas. En total fueron 361 personas torturadas, asesinadas y sepultadas clandestinamente en un paraje del poblado. En Veracruz las fosas clandestinas de Santa Fe, al Norte de la ciudad costera, donde se han localizado restos de 274 personas.
A la lista podemos agregar los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, Guerrero, que están desaparecidos desde la noche del 26 de septiembre de 2014 -y en cuyo caso están involucrados narcotraficantes, policías municipales y elementos del Ejército- y el caso más indignante: la muerte de 49 niños, la mayoría bebés, en el incendio de la Guardería ABC de Hermosillo, Sonora, el 5 de junio de 2009. En este último crimen estuvieron involucrados familiares de Margarita Zavala, esposa del expresidente Felipe Calderón y que ahora se atreve a buscar la candidatura presidencial.
Además, con el paso del tiempo se conoció que el incendio en la guardería infantil fue provocado, pues funcionarios menores del Gobierno Estatal, que en ese entonces presidía el priista Eduardo Bours Castelo, prendieron fuego a una bodega contigua a fin de destruir documentación comprometedora para el funcionario. Ni Zavala ni Bours están en prisión, siguen gozando impunidad pese a ser co-responsables de una masacre peor que la cometida por los yihadistas.
Así se podría extender la lista de asesinatos múltiples cuyos autores no son cazados ni molestados. En México los terroristas del Estado Islámico vivirían en un paraíso como lo viven los narcotraficantes y sus sicarios. Aquí no hay Mossos d’Esquadra de Cataluña ni la Gendarmerie Nationale de Francia que los persigan, al contrario, hay un régimen gubernamental permisivo y cómplice que les garantiza impunidad. ¿Miedo en México a los atentados terroristas de Europa? Suena a ironía porque acá es lo cotidiano. Son ‘días de campo’ para los mexicanos, como ya se dijo.