AGENCIA
Pekín.- Xi Jinping, el líder de China, ocupó un lugar central en la inauguración del Congreso Nacional de Mujeres. Al día siguiente, una fotografía en primer plano de él en el congreso apareció en la portada del periódico del Partido Comunista chino. En su discurso de clausura, Xi instó a las delegadas a fomentar un “nuevo tipo de cultura matrimonial y maternal”. Señaló que los funcionarios del partido tenían la responsabilidad de influir en las opiniones de los jóvenes sobre “el amor y el matrimonio, la fertilidad y la familia”.
El Congreso de Mujeres, que se celebra cada cinco años, ha sido durante mucho tiempo un foro para que el Partido Comunista demuestre su compromiso con las mujeres. Este año, sin embargo, es la primera vez en dos décadas que no hay mujeres en el órgano ejecutivo de formulación de políticas del partido.
Lo notable es cómo los funcionarios le restaron importancia a la equidad de género y, en cambio, se enfocaron en presionar el objetivo de Xi para las mujeres chinas: casarse y tener hijos. La lucha contra la disminución de la tasa de natalidad se ha convertido en una prioridad para el gobierno chino, ya que la población del país se está reduciendo por primera vez desde la década de 1960.
El partido ha optado por presionar a las mujeres a regresar al hogar, pidiéndoles que críen a los jóvenes y cuiden a los mayores. El trabajo, según Xi, es esencial para “el camino de China hacia la modernización”. Sin embargo, esta visión ha generado preocupación y críticas por parte de algunas mujeres en China que luchan por sus derechos y se oponen a lo que consideran una regresión en sus libertades.
El partido ha evitado abordar muchas preocupaciones planteadas por las mujeres y considera que algunas de estas cuestiones son un desafío directo a su liderazgo. En las redes sociales, se censuran debates sobre el acoso sexual, la violencia de género y la discriminación. Feministas y defensores de los derechos han sido encarcelados, y el movimiento #MeToo ha quedado en la clandestinidad.
El Congreso de Mujeres no es el lugar donde se libra la batalla por los derechos de las mujeres. Organizado por la Federación de Mujeres de China, un grupo financiado por el partido, tiende a representar el statu quo político y se centra en alentar a los líderes del partido a promover los valores familiares tradicionales.
La lucha contra la disminución de la tasa de natalidad en China es un desafío complejo que requiere más que simples presiones gubernamentales. A pesar de los llamados de Xi a las mujeres para que tengan más hijos, es poco probable que los esfuerzos del partido sean suficientes para revertir la disminución de la población del país. Si el gobierno optara por medidas más punitivas, como en el pasado, para perjudicar o marginar a las mujeres que optan por no tener hijos, es un tema que aún no se descarta.
La situación planteada refleja la interacción entre el control político y la dinámica demográfica en China y subraya la complejidad de los desafíos que enfrenta el país en este ámbito.