Durante su discurso televisado de Año Nuevo, el presidente de China, Xi Jinping, reafirmó la determinación de China de reunificarse con Taiwán, generando renovadas tensiones a nivel mundial. Xi declaró que China “seguramente se reunificará” con Taiwán, subrayando la posición de Beijing de considerar la isla autónoma como territorio chino.
Taiwán se separó de China en 1949 durante la guerra civil, y aunque ha mantenido su independencia, Beijing insiste en que la isla es parte de China y ha amenazado con usar la fuerza militar para lograr la reunificación. En su discurso, Xi instó a que todos los chinos en ambos lados del Estrecho de Taiwán se unieran por un “sentido de propósito común”.
China ha intensificado sus amenazas ante las elecciones presidenciales y parlamentarias en Taiwán programadas para el 13 de enero. Beijing ha calificado estas elecciones como una elección entre la guerra y la paz. El favorito para la presidencia, William Lai, ha sido etiquetado como “separatista” por Beijing, que lo acusa de provocar un posible ataque chino a la isla.
El portavoz de la Oficina de Asuntos de Taiwán de China, Chen Binhua, calificó a Lai como un “destructor de la paz” tras un debate televisado en el que defendió el derecho de Taiwán a gobernarse a sí mismo como una democracia. Lai, quien busca la presidencia, expresó su disposición a dialogar con Beijing siempre que haya igualdad y dignidad en ambos lados del Estrecho de Taiwán. Aunque no aboga explícitamente por la independencia, sostiene que Taiwán ya es un país independiente.
Las declaraciones de Xi Jinping aumentan la preocupación sobre la posibilidad de una escalada en las tensiones entre China y Taiwán, lo que podría tener implicaciones significativas para la estabilidad en la región.
