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Walmart, la red de sobornos

Superiberia

En abril de este año, The New York Times ofreció un primer y escandaloso avance de la investigación sobre las prácticas fraudulentas de Walmart, el gigante de tiendas de autoservicio, en territorio mexicano.

La información, proveniente del ex abogado de la empresa Sergio Cícero Zapata, acusó a la transnacional de haber sobornado con al menos 24 millones de dólares a distintas autoridades mexicanas para cumplir la meta de abrir una tienda por día en un año.

Cícero Zapata afirmó que los sobornos incluían a autoridades municipales del Estado de México y delegacionales del Distrito Federal, pero también a instancias federales de primer nivel.

En su edición del pasado lunes 17 de diciembre, el mismo periódico detalló cómo Walmart sobornó en 2003 y 2004 a las autoridades municipales de Teotihuacán, encabezadas por el alcalde Guillermo Rodríguez, para instalar una tienda Aurrerá en plena zona arqueológica. Hasta 114 mil dólares le entregaron al alcalde de origen perredista. El propio gobernador mexiquense en ese entonces, Arturo Montiel, se quejó de que “no había manera de frenar a Walmart”.

Con el primer escándalo, todos se rasgaron las vestiduras, incluido el entonces presidente Felipe Calderón Hinojosa, quien afirmó que “no se vale hacer negocios a base de mordidas”, y afirmó que se sentía “muy indignado”.

La indignación de Calderón contrasta con la información del ex alcalde de Cuetzalan, Manuel Morales Soto, quien se resistió junto con los habitantes de este “pueblo mágico” de Puebla a la instalación de un Walmart. Los habitantes y el Cabildo de Cuetzalan se opusieron firmemente a la instalación de una Bodega Aurrerá. Se enfrentaron a las autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y de la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), al gobierno de Mario Marín. Y al propio Calderón.

Morales Soto alguna vez les confió a sus colaboradores más cercanos que Calderón le llamó para presionarlo y autorizar la instalación de Walmart. ¿Recibió algún soborno el entonces primer mandatario? Difícil de acreditar. Lo cierto es que el jefe del Ejecutivo federal hizo de intermediario para apoyar a la cadena de súper tiendas.

Reporte Índigo y Nuevo Excélsior han publicado sendos reportajes donde se mencionan a algunos familiares de encumbrados políticos como funcionarios de la cadena, como Álvaro Arrigunaga Gómez del Campo, hermano de Javier Arrigunaga, ambos primos de Margarita Zavala, la ex primera dama; así como los hermanos del ex jefe de Gobierno capitalino, Marcelo Ebrard, quienes trabajaron durante varios años para el corporativo.

Álvaro Arrigunaga se habría desempeñado como vicepresidente de Suburbia, filial de Walmart México, mientras que Alberto Ebrard Casaubón se incorporó en 1991 a la firma y fue vicepresidente de Bodegas Aurrerá. En 2010 Alberto Ebrard fue nombrado vicepresidente ejecutivo y director de Walmart México y de Walmart Centroamérica. Otro hermano es Eugenio Ebrard, quien fungió como gerente general de Compras de Sam’s Club, sucursal Polanco, y fue vicepresidente de Compras Abarrotes de Walmart hasta 2010.

La expansión de Walmart en el Distrito Federal durante la administración de Ebrard fue evidente. El GDF le otorgó 2 mil millones de pesos por concepto de compras de vales de fin de año para sus trabajadores, según publicó Nuevo Excélsior, en diciembre de 2008.

Dos meses después que detonara el primer escándalo de Walmart en las páginas de The New York Times, la Contraloría General del Distrito Federal detectó varias irregularidades en al menos 19 de los 500 permisos que se le otorgaron a la transnacional, según reveló su titular Ricardo García Sáinz. Se desconoce qué sucedió después de esta investigación.

La información detallada del rotativo neoyorquino documenta otros presuntos sobornos a las autoridades delegacionales de la Gustavo A. Madero para que se instalara una de las súper bodegas en la zona de la Basílica de Guadalupe. Tan sólo este 12 de diciembre hubo una afluencia de más de 5 millones de personas al templo guadalupano.

The New York Times no ha sido el primer periódico en relatar las prácticas de sobornos de Walmart. Desde hace varios años, la prensa local en Puebla, sobre todo, La Jornada de Oriente, han documentado las irregularidades tanto en Teotihuacán como en Cuetzalán y otras zonas donde el aplastante poder de “convencimiento” de la empresa dirigida por Mike Duke ha logrado cambiar usos de suelo, y obtener autorizaciones hasta de instancias como el INAH.

La red de sobornos de Walmart apenas comienza a ventilarse. Y quizá conozcamos cómo operó de manera cruda con autoridades de todos los signos partidistas.

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