Cd. del Vaticano.- El Papa visitará Cuba en septiembre y lo hará como etapa previa a su periplo por Estados Unidos y con la intención de afianzar el histórico acercamiento entre La Habana y Washington, en el que ha tenido un rol central.
La Santa Sede ya había reconocido la pasada semana que el pontífice estaba estudiando un viaje a la isla caribeña pero, por entonces, su realización se encontraba aún en un “estado demasiado inicial” como para que se pudiera oficializar.
La confirmación llegó hoy, cinco días después, mediante un escueto mensaje del portavoz vaticano, Federico Lombardi.
“Puedo confirmar que el Santo Padre Francisco, habiendo recibido y aceptado la invitación por parte de las autoridades civiles y de los obispos de Cuba, ha decidido efectuar una etapa en dicha isla antes de llegar a Estados Unidos con motivo del viaje anunciado hace tiempo”, según el comunicado.
Así, Cuba constituirá la primera etapa del viaje que llevará al pontífice también a Estados Unidos, concretamente a Washington, Nueva York y Filadelfia.
A falta de un programa oficial, se sabe que el 23 de septiembre será recibido por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y su esposa, Michelle, en la Casa Blanca y que ese mismo día canonizará al franciscano español Junípero Serra en Washington.
Asimismo, la Secretaría General de las Naciones Unidas (ONU) ha confirmado que el Papa Francisco pronunciará un discurso ante la Asamblea General el 25 de septiembre y mantendrá varios encuentros bilaterales, uno de ellos con el secretario Ban Ki-moon.
Posteriormente, está previsto que clausure el VIII Encuentro Mundial de las Familias, organizado por la Iglesia Católica en la ciudad de Filadelfia entre los días 22 y 27 de septiembre.
Esta visita será el colofón a una intensa labor diplomática ejercida por el Vaticano en pro del histórico acercamiento entre las autoridades de Cuba y Estados Unidos, enfrentadas durante más de cinco décadas.
En sus respectivos mensajes al mundo del pasado mes de diciembre, tanto Obama como Raúl Castro encomiaron la mediación en el proceso de “deshielo” del pontífice argentino, que ha hecho de “la cultura del encuentro” uno de los lemas capitales de su ministerio.