Roma.- El ex capitán del crucero Costa Concordia, Francesco Schettino, visitó ayer los restos de ese barco, hundido el 13 de enero de 2012 frente a la isla italiana del Giglio, para participar en la pericia ordenada por los jueces que lo procesan.
Entre gritos e insultos, y asediado por decenas de periodistas, fotógrafos y cámaras de televisión, Schettino declaró que con su presencia buscaba “dar mi contribución técnica y la de mis consulentes” a la magistratura.
El ex capitán aseguró que dio indicaciones “precisas” que servirán para la pericia que deberá determinar las responsabilidades de lo ocurrido el 13 de enero de 2012.
Esa noche, el barco chocó con los escollos y naufragó por acercarse demasiado a la isla del Giglio para saludar a las personas que estaban en tierra. En el accidente murieron 33 personas, aunque el cuerpo de una de las víctimas no ha sido encontrado.
Durante su visita, algunos de los habitantes de la isla lo insultaron y hubo quien le deseó morir ahogado.
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