Orizaba.– El vocero de la Diócesis de Orizaba, Helkyn Enríquez Báez, manifestó que la maternidad subrogada en una forma de violencia porque desconoce a la mujer como sujeto y lo coloca como un objeto, convirtiéndolas en incubadoras humanas e incluso se le pudiera considerar como una nueva forma de “trata de blancas”.
Destacó que una de las primeras objeciones sobre esta práctica es que a la mujer se le da una utilización como objeto, como máquinas incubadoras, porque al aceptar llevar en su vientre a un “hijo” que luego le será arrebatado no se toma en cuenta sus sentimientos, salud o estado anímico.
“Conlleva a otro tipo de realidades, por ejemplo, el riesgo para la madre gestante, tal como se permite en los estados de Tabasco, Sonora y Sinaloa, donde no tienen una o dos maternidades en su vida, a veces por la necesidad económica llevan hasta cinco o siete maternidades y entonces se convierten en incubadoras humanas”, resaltó el vocero de la Diócesis de Orizaba.
Dijo que en la actualidad se habla mucho del problema que hay de “trata de blancas”; sin embargo, nadie ha observado que esto puede ser clasificado como delito, “porque se les utiliza. A nivel legal sabemos que se pueden crear lazos afectivos y en un momento se daña su salud psicológica, porque se le arrebata a alguien que llevó en su ser nueve meses y ese es otro factor”.
Ya para finalizar, resaltó que el Código Civil no ha analizado lo suficiente la lógica interna del problema, “porque aunque la ciencia lo permita, se sabe que a nivel Constitucional falta meditar el tema, por las consecuencias que pudiera tener ante posibles incestos a futuro o que personas que no sean capaces de educar en familia se les está dando la oportunidad de ser padres”.