in

VIOLENCIA DE GÉNERO

Superiberia

 Por: Andrés Timoteo  / columnista

En los últimos días se registraron cuatro asesinatos de mujeres en la Entidad: tres en Tlapacoyan, al Norte, y uno en la zona Centro, el de una jovencita de 19 años localizada en un riachuelo de Calcahualco, en las faldas del volcán Pico de Orizaba. En este último caso, pobladores de Coscomatepec, de donde era originaria, marcharon exigiendo justicia para la víctima.

Cuatro homicidios de mujeres en un sólo fin de semana, automáticamente pasa a ser noticia y, por supuesto, a encajar en el término jurídico de feminicidio, es decir, el resultado de una violencia extrema contra las mujeres por cuestión de odio o desprecio por ser eso, mujeres. En México, los feminicidios no son cosa rara sino común y desde el 2014 a la fecha 9 mil mujeres han sido asesinadas.

No obstante, según el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF), de esa cifra sólo 2 mil 188 casos han sido investigados como feminicidios. Cabe destacar que Veracruz tiene dos Alertas por Violencia de Género activas, una emitida el 23 de noviembre de 2016 para 11 municipios: Boca del Río, Coatzacoalcos, Córdoba, Las Choapas, Martínez de la Torre, Minatitlán, Orizaba, Poza Rica de Hidalgo, Tuxpan, Veracruz y Xalapa.

La segunda alerta lleva el añadido de “por agravio comparado”, emitida el 13 de diciembre del año pasado, y tiene que ver por la negativa del Congreso Local para hacer reformas que protejan los derechos de las mujeres, entre ellas la despenalización del aborto. Esta Alerta de Violencia de Género por Agravio Comparado no ha sido acatada porque grupos ultraconservadores, entre ellos la Iglesia Católica, han logrado frenar las reformas en el Poder Legislativo del Estado.

Respecto al primer alertamiento, el que tiene que ver directamente con los feminicidios, evidentemente no está Tlapacoyan, donde en un par de días victimaron a tres mujeres, ni Coscomatepec, lugar de donde era originaria la joven de 19 años hallada muerta en Calcahualco. Sin embargo, la Alerta por Violencia de Género tampoco ha sido una panacea, pues no ha frenado la oleada de crímenes y de acuerdo con activistas es porque carece de mecanismos efectivos para su aplicación.

Sin contar con que Coscomatepec ni Tlapacoyan no están bajo Alerta de Violencia de Género, no hay seguimiento firme sobre su aplicación ni sanciones a las autoridades que incumplan con las sanciones emergentes o especiales para erradicar la violencia contra las mujeres en aquellos municipios que sí tienen tal declaratorio. Además, hay una implicación unilateral, es decir, todo se deja en manos del Gobierno y se involucra en lo mínimo a la población.

Únicamente algunas Organizaciones Civiles se han ocupado de atender el tema, pero el grueso de la sociedad mira hacia otro lado. Las mujeres seguirán bajo ataque mientras la sociedad no se involucre y de su parte surjan medidas de protección y también de denuncia. Hay que exigir al Gobierno que actúe y sea eficiente en la aplicación de los mecanismos urgentes para proteger a las mujeres, pero de la parte civil -sobre todo de las jovencitas y sus padres o familiares- debe haber medidas preventivas de autoprotección.

Una Alerta por Violencia de Género no es un escudo automático para que se diga: ‘Ya está la alerta, sigamos con nuestra vida’. No, si hay fallas o desidia en cuestiones de Seguridad Pública, la sociedad civil debe actuar por sobrevivencia. De ahí la importancia de lo que exponen los estudiosos del caso de que ante una situación inédita de violencia, los mecanismos de autoprotección son ineludibles para resguardar a los más vulnerables, en este caso mujeres.

Ante una situación de violencia inédita contra las mujeres, bien valdría rescatar los consejos de los abuelos, aunque suenen de antaño. La supervisión de los padres sobre los hijos, sobre los lugares y amistades que frecuentan, sobre sus horarios y las redes de vigilancia ciudadana o vecinal para evitar el peligro.

En Ciudad Juárez, Chihuahua, un ícono de la violencia de género por sus tristemente celebres “Las muertas de Juárez”, en la década de los noventa se acuñó un consejo popular, dicho de boca-a-oreja entre las mujeres: “El Gobierno no te va a cuidar, la Policía no te va a salvar, cuidate tú misma”. Y, efectivamente, ante tal vorágine la autoprotección vale más que mil alertas de género.

 

TENDENCIAS SIN

VAIVENES

Pasado mañana, 15 de junio, se realizará el segundo debate entre los cuatro aspirantes a la Gubernatura y salvo que en el mismo se genere una hecatombe política o mediática, difícilmente habrá vaivenes significativos en la proyección del voto. Según los conocedores, el debate que se realizará el viernes en Xalapa podría deslizar par de puntos en los pronósticos, pero nada que cambie sustancialmente la ruta.

Tal pronóstico no se basa ni en mediciones demoscópicas ni en el análisis político serio, sino en una especie de propaganda sostenida por mentiras. Eso es algo que los ciudadanos deben advertir: las gacetillas disfrazadas de artículos de opinión periodística y análisis político. Esta coyuntura electoral tiene ese ingrediente nuevo, por decirlo de alguna forma, la difusión de las llamadas ‘Fake News’ no sólo en las redes sociales sino también en los textos periodísticos, con tal de incidir en el ánimo del electorado.

Es verdad, la tendencia partidista en los espacios opinativos no es algo nuevo, pero sí el poco disimulo para ‘inflar’ candidatos. La obviedad es parte de los costos negativos que estas elecciones arrojarán en Veracruz y los ciudadanos comprobarán la noche del primero de julio dónde y quiénes les mintieron con falsos escenarios y pronósticos sulfurados.

 

CRISIS DE LIDERAZGOS

También en este proceso electoral hay un segundo y novedoso componente: la crisis de liderazgo en los partidos políticos. Actualmente ninguno de los dirigentes de las fuerzas políticas tiene el prestigio suficiente para encauzar votos ni son de gran valía para ninguno de los candidatos que contienen por los cargos de elección popular. Al contrario, no negativos que les restan simpatías y provocan un marcado rechazo.

En el PRI está sucediendo lo esperado, pues el exalcalde xalapeño, Américo Zúñiga, no sólo tiene cuestionamientos sobre corrupción por su desempeño como Edil, sino que está a punto de ser denunciado penalmente por su sucesor. Tampoco ha podido contener la ‘hemorragia’ de militantes que se van a otros partidos -al PAN o a Morena- y algunos de ellos lo acusan directamente de ser el responsable de tal desbandada. Zúñiga es Presidente Estatal del tricolor, pero no es líder porque nadie le hace caso, no conoce los liderazgos regionales y ni siquiera la geografía completa de la Entidad.

En el panismo no se salvan, ya que Jesús Mancha Alarcón va de escándalo en escándalo afectando la campaña de la alianza “Por Veracruz al Frente”. Basta rememorar tres de los casos que lo exhiben como un ruidoso negativo. Uno, el más reciente, es el señalamiento de haber recibido contratos millonarios del actual Gobierno Estatal para una empresa constructora en la cual comparte propiedad con su esposa.

Concretamente se habla de un tráfico de influencias en la Secretaría de Infraestructura y Obra Pública (SIOP) cuando era presidida por Julen Rementería del Puerto, actual candidato al Senado, quien le otorgó contratos a la firma Izal Inmobiliaria SA. El segundo es la creación de un portal informativo por medio del cual absorbe contratos publicitarios de instituciones controladas por Acción Nacional (PAN), especialmente el Congreso Local donde se ha excluido a otras empresas periodísticas serias para anteponer a su página web, creada exprofeso para ordeñar el presupuesto parlamentario.

Otro escándalo también tiene como escenario al Congreso Local y el protagonista es su protegido, el diputado Sergio Hernández, presidente de la Junta de Coordinación Política, señalado de malversar los fondos legislativos para pagar fiestas, prostitutas, alcohol y droga, además de compartir ese desfalco con el dirigente panista, pues sería Mancha Alarcón quien está detrás de la maraña para hacerse del dinero parlamentario.

El dirigente -que no líder- de Morena, Manuel Huerta Ladrón de Guevara, tampoco escapa de la bolina, pues ha sido acusado de todo: desde estar involucrado en la malversación de prerrogativas parlamentarias y los “moches” para financiar giras del tabasqueño Andrés Manuel López Obrador hasta la venta de candidaturas, la marginación de militantes y la renuncia de varios de ellos que han quemado públicamente camisetas, propaganda y credenciales del Partido.

Vaya, en algunos eventos públicos con el propio López Obrador lo han abucheado y en el 2017 una turbamulta lo acorraló en la sede del Partido, en Xalapa, donde se encerró en el baño para no enfrentarla. Huerta no le aporta más que negativos a los candidatos morenistas. Y esa crisis de liderazgo de Huerta, Mancha y Zúñiga también los ha convertido en defensores baladíes de sus candidatos y partidos. Las denuncias públicas que hacen nadie las toma en cuenta, así de simple.

De los encargados del PRD, PT, PVEM, Panal, PES y Movimiento Ciudadano -que tampoco son líderes-, poco caso tiene referirse a ellos porque están tan desdibujados que algunos son perfectos desconocidos, no sólo por la prensa sino por su militancia. Forzosamente los partidos políticos tendrán que recomponer sus estructuras una vez que concluyan las elecciones.

CANAL OFICIAL

Reunión con el secretario de Gobernación

Resumen Meteorológico 13 de Junio 2018