AGENCIA
Acapulco.- Tras un fin de semana marcado por una escalada de violencia en Acapulco, el general Ricardo Trevilla Trejo, jefe del Estado Mayor de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), reconoció durante la conferencia matutina que el crimen organizado en el puerto ha modificado su modus operandi desde el paso del huracán Otis.
Según Trevilla Trejo, luego del impacto de Otis, se registró una disminución temporal en los delitos violentos y homicidios en Acapulco. Sin embargo, con la fase de recuperación, estos delitos han vuelto a incrementarse, especialmente los homicidios, que ahora se cometen mayoritariamente con armas blancas en lugar de armas de fuego. Este repunte se atribuye a la confrontación entre dos grupos delictivos que buscan controlar el destino turístico.
Ante esta situación, el general convocó este día a una reunión con el comandante de la región, el comandante de la 27 zona militar con sede en Acapulco, la Guardia Nacional y el coordinador estatal para revisar y posiblemente reforzar la estrategia de seguridad en el puerto, con el objetivo de combatir eficazmente diversos delitos.
Por su parte, la alcaldesa recién reelecta de Acapulco, Abelina López Rodríguez, admitió que la violencia en el puerto ha rebasado las capacidades municipales. Hizo un llamado a las autoridades para que cada una asuma su responsabilidad en los actos violentos vinculados al crimen organizado en la región.
Durante el fin de semana pasado, Acapulco fue escenario de varios hechos violentos, incluyendo el hallazgo de tres cadáveres desmembrados en un taxi Tsuru en la colonia Emiliano Zapata. Sobre el vehículo se encontraron narcomensajes firmados por integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), dirigidos al Cártel Independiente de Acapulco (CIDA).
Además, se localizaron otros cuatro cuerpos en distintos eventos: un torso desmembrado en la carretera federal Acapulco-Chilpancingo, y otro cadáver en la carretera Cayaco-Puerto Marqués, cerca de la glorieta, así como en la Colonia Benito Juárez.
El domingo, individuos lanzaron petardos contra un cuartel policial cercano al Centro de Readaptación Social (Cereso) de Acapulco, lo que provocó la intervención de elementos de la Guardia Nacional para resguardar la zona tras las explosiones.
Las autoridades locales y federales continúan investigando estos incidentes para detener la ola de violencia que afecta a Acapulco.
