Cd. Mendoza.- La Ley de Aguas Nacionales promulgada en 1926, específicamente el artículo 27 de la Constitución Política de México que habla de las zonas federales que deben estar libres de los asentamientos humanos, sigue siendo letra muerta en el municipio y en la región, porque son cientos de familias las que invaden las orillas de los ríos y se exponen a sufrir los embates de la naturaleza poniendo en riesgo sus vidas.
Tal es el caso de quienes habitan en las colonias Rincón Santa Rosa y Nueva Santa Rosita por el lado del río Blanco, y las colonias Bosque, Prado y Juárez que son cercanas al Chiquito, al igual que la colonia Central Obrera, Centro y Él Águila en donde hay viviendas sobre la barranca de Maltrata.
Al respecto, el director técnico del Organismo de Cuenca Golfo Centro de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), Israel Morales Méndez, dijo que los asentamientos irregulares son un problema difícil de erradicar, porque en su momento los gobiernos anteriores los permitieron y nunca se ocuparon de regularlos u ordenarlos.
Explicó que una zona federal con cuerpos de agua como ríos y barrancas, refiere a fajas de 10 metros de anchura contiguas al cauce de las corrientes de propiedad nacional, medidas a partir del nivel de aguas máximas ordinarias, según lo estipula la ley vigente.
Aunque reconoció que la Conagua descuido está situación para aminorar riesgos, puso énfasis en indicar que el crecimiento poblacional originó que los habitantes tengan cada vez menos opciones de vivienda, orillándolos a habitar en lugares cercanos a los ríos, y por lo tanto, acaparan terrenos prohibidos y exponen su integridad.
