Sandra González
El Buen Tono
Orizaba.- Orizaba se enfrenta al trágico caso que ha dejado en evidencia la vulnerabilidad de su sistema de videovigilancia.
El hallazgo de la niña José Poleth, quien fue encontrada en la ribera del río con signos de violación y asesinato, ha conmocionado a la población y puesto en duda la efectividad de los mecanismos de seguridad locales.
El sistema de cámaras que cubre la ciudad debería haber captado a la persona responsable de abandonar el cuerpo, la falta de imágenes debido a que las cámaras estaban apagadas ha generado indignación. “¿Cómo es posible que en una ciudad con ‘más seguridad’ y videovigilancia, como pregona el alcalde, no se captó nada?, seguramente están coludidos con la delincuencia, a cambio de un moche para hacerse los desentendidos”, cuestionaron algunos ciudadanos. Este hecho ha encendido nuevamente las alarmas sobre la seguridad infantil en la región.
Veracruz ocupa el quinto lugar en desapariciones infantiles a nivel nacional. Esta situación pone en entredicho la narrativa oficial de seguridad. “No me consta que las cámaras estuvieran apagadas, pero cómo es que tenemos esa vigilancia”, expresó Karen Estefanía Castillo Gómez, coordinadora estatal de la Fundación e Investigación de Desaparición de Niños Robados y Desaparecidos, quien destacó la necesidad de mayor protección en zonas de riesgo como la ribera del río Orizaba.
Cuando el presidente municipal, Juan Manuel Diez Francos, declaró que “no se puede poner un policía para cuidar a cada una de las personas”, además de sugerir que la familia también tiene responsabilidad en el cuidado de menores y adolescentes, en ese sentido, Castillo Gómez rechazó esas afirmaciones, subrayando que no se puede revictimizar a las familias afectadas. “Si ya se hizo un llamado de atención, el trabajo de las autoridades es darle seguimiento correcto. Si una familia está en crisis, debe activarse un protocolo para garantizar la seguridad del menor, basado en el interés superior de la infancia”, concluyó.