Agencias
México.- El arresto de Alfredo, un ecologista de 67 años, por plantar un árbol en la Alcaldía Benito Juárez de la CDMX ha generado indignación y debate. El hombre fue detenido tras abrir una banqueta para sembrar un árbol, acción que, según las autoridades, constituye daño al espacio público. Pasó 72 horas en el Reclusorio Norte, donde fue apodado irónicamente como “El Asesino de Banquetas”.
El operativo incluyó más de 10 policías y tres patrullas, lo que muchos consideran una respuesta desproporcionada ante un acto ecológico. Mientras algunos defienden la acción oficial por la alteración del espacio público sin permiso, otros critican que las autoridades prioricen sancionar a un ciudadano que intentó mejorar el medio ambiente en una de las ciudades más contaminadas del mundo.
Este caso pone sobre la mesa la necesidad de revisar las políticas urbanas y de fomentar un diálogo entre ciudadanía y gobierno. La pregunta sigue en el aire: ¿hasta qué punto debe prevalecer el reglamento sobre el sentido común y la urgencia de acciones ambientales?
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