ORIZABA.-Coinciden líderes sociales de la zona Centro que el estado de Veracruz ocupa el segundo lugar con mayor incidencia en secuestros; sin embargo, aseguran que por cada caso denunciado, existen dos más sin haber sido reportados ante las dependencias correspondientes, por temor al crimen organizado y desconfianza en la administración de justicia.
Y es que, aunque las estadísticas del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública refieren que han sido seis mil 582 expedientes por este delito los que se han abierto en lo que va de la actual administración nacional, de los cuales 676 se registraron en el territorio veracruzano, al no informar el subregistro de los “casos ocultos”, vulneran a la sociedad.
Al respecto, el Consejo Representativo de Iglesias Evangélicas en el Estado de Veracruz (CRIEEV) refirió que no se llevan a cabo las denuncias ni se hacen señalamientos por miedo a las represalias.
El presidente del consejo, Alfredo Luna Murillo, indicó que ante las condiciones actuales de violencia e inseguridad, todos los sectores sociales han resultado afectados.
Aseguró que los pésimos resultados se deben al mal trabajo en la Seguridad Pública de este estado, por lo que la misma ha sido el “talón de Aquiles” que impide el progreso y el desarrollo de la Entidad y sobre todo de Córdoba.
En la zona de Orizaba el integrante de la Coordinadora de la Sociedad Civil, Jairo Guarneros Sosa, indicó que existen subregistros, además de los casos de los que sí exisen denuncias, “no todas las personas a las que les ha sucedido este tipo de delitos deciden denunciar, podríamos decir, que por cada caso, hay dos que no están denunciados y a mí me parece que no es un problema que ocurre sólo en el Estado, sino en todo el País. Se tiene que generar certeza para que todo aquel que le ocurra este delito acuda a denunciar”.
Existe un recuento que se hace a partir de los datos reportados, pero siempre existe un subregistro en este tipo de asuntos, casos ocultos que no recurren a la denuncia por muchas razones, como es la sensación de que se pone en vulnerabilidad social lo que es grave, con la amenaza de que si lo denuncian les harán algo nuevamente y pueden ir en contra de su familia.
