Solo una pequeña parte del contenido de agua en el antiguo Venus se ha perdido en el espacio durante los últimos cuatro mil millones de años, mucho menos de lo que se pensaba anteriormente.
Es la conclusión de la tesis doctoral de Moa Persson, del Instituto Sueco de Física Espacial (IRF) y de la Universidad de Umea. Se basa en análisis de cómo el viento solar, una corriente de partículas cargadas del Sol, afecta la atmósfera de Venus y hace que las partículas atmosféricas escapen al espacio. Moa Persson ha analizado datos del instrumento espacial ASPERA-4 del IRF, a bordo de la misión espacial Venus Express de la Agencia Espacial Europea.
“La superficie de Venus hoy en día es comparable al infierno. Es extremadamente seca y tiene una temperatura de 460 grados, pero históricamente la superficie fue más hospitalaria con una gran cantidad de agua que podría alcanzar una profundidad de varios cientos de metros si se extendiera por igual sobre la superficie. Esta agua ha desaparecido de Venus. Mi tesis muestra que sólo unos pocos decímetros de esta agua se han escapado al espacio” , dice Moa Persson.