El miércoles 19 de marzo, Toñito, un niño de 9 años, salió de su hogar en San Pedro Zictepec, Tenango del Valle, junto con un compañero para ir a jugar en unas “maquinitas” ubicadas a pocas casas de distancia. Sin embargo, Toñito nunca regresó, lo que desató una angustiosa búsqueda que terminó por cerrar la carretera principal de la localidad.
Lo que parecía ser un esfuerzo colectivo por encontrar al menor tomó un giro espantoso cuando se descubrió que Mario “N”, de 30 años, un vecino del lugar, participó activamente en la búsqueda del niño. A pesar de su implicación en las brigadas, Mario nunca intercambió palabra alguna con los demás participantes. La situación se tornó aún más sombría cuando, tras la intervención de las autoridades, se realizó una revisión en la vivienda de Mario, donde se encontró el cuerpo sin vida de Toñito en un tinaco de agua.
El presunto homicida confesó que su motivo para matar al niño fue que “no le caía bien”. Esta revelación ha dejado a la comunidad en shock, pues el hombre se había mostrado dispuesto a colaborar en la búsqueda de un niño que él mismo había asesinado.
El 22 de marzo, familiares, vecinos y compañeros de escuela de Toñito se unieron en una marcha para exigir justicia y pedir que la investigación avance hasta una resolución definitiva. La comunidad de San Pedro Zictepec clama por respuestas y por el castigo del responsable de este atroz crimen.
Este trágico caso resalta la oscuridad que puede esconderse detrás de una aparente normalidad y la importancia de no bajar la guardia ante aquellos que parecen ser parte de la comunidad, pero ocultan peligrosos secretos.
