De la Redacción
el buen tono
Veracruz.- El ex gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, ha lanzado acusaciones serias ante la posible liberación del ex fiscal Jorge Winckler, la cual podría ser atribuida principalmente a dos factores preocupantes: la negligencia de la fiscal general, Verónica Hernández Giadáns o la intervención de su presunto amante y superior, Eric Patrocinio “Bola 8” Cisneros.
Estas afirmaciones plantean interrogantes fundamentales sobre la independencia y la integridad del sistema judicial.
La implicación de que la Fiscal General de Veracruz podría haber sido negligente en el manejo del caso de Winckler, es profundamente inquietante, debido a que la función de la Fiscalía General del Estado es la de garantizar que se haga justicia de manera imparcial y sin influencias de tipo externo.
En caso de que llegara a confirmarse la existencia de negligencia en este caso, se estaría poniendo en entredicho la confianza en la capacidad de la Fiscalía en el cumplimiento de su deber fundamental, que es de administrar la justicia de manera equitativa.
Por otro lado, las acusaciones de que la posible liberación de quien fuera fiscal, Jorge Winckler, prevén haya sido ordenada por el superior de la fiscal, Patrocinio Cisneros, mejor conocido como “Bola 8”, lo que plantea preocupaciones adicionales sobre la independencia del Poder Judicial.
Y es que la interferencia política o personal en decisiones judiciales representa una grave amenaza para el Estado de Derecho y la separación de poderes.
Críticos consideran que si se demostrara que las acusaciones son ciertas, se estaría socavando la credibilidad del sistema judicial en la entidad y sus instituciones.
