AGENCIA
CDMX.- Todo estaba listo para que Nuria Diosdado y Joana Jiménez participaran en los Juegos Olímpicos de Tokio en Nado Sincronizado tras ganar su plaza olímpica en los Panamericanos de Lima. Sin embargo, la pandemia de Coronavirus se atravesó, recorriendo un año el inicio de la justa. Lejos de que esta situación mermara sus expectativas, Diosdado tomó esto de forma positiva, pues como explica, sirvió para amalgamar más el vínculo entre ambas nadadoras, además de mentalizarse que no era un año perdido, sino sólo “un vuelo demorado”.
Nuria Diosdado y Karem Achach dejaron de ser dupla tras los Juegos Centroamericanos y del Caribe Barranquilla 2018. Tras el retiro de Achach, Diosdado se refugió con Joana Jiménez para crear una nueva dupla que en menos de un año se adaptó y en los Juegos Panamericanos de Lima 2019 consiguió lo que nunca había logrado México: la plaza olímpica en dúo.
“Desde el 2019 por primera vez nos habíamos clasificado no en un preolímpico unos meses antes, sino un año antes de los Juegos Olímpicos. Fui afortunada, por así decir, de vivir esta pandemia e incertidumbre sabiendo que fuera como fuera yo ya tenía mi lugar”, comentó en entrevista.
Con un año de anticipación, Diosdado y Jiménez se mentalizaron a seguir entrenando para llegar fuertes al verano; sin embargo, el Coronavirus convirtió ese año en dos. De manera positiva, Nuria y Joana tomaron la pausa por la pandemia y forjaron una amistad necesaria para este deporte.
“La pandemia nos sirvió más para ser amigas, crear un lazo, Joana estuvo yendo a Guadalajara porque ahí pudimos entrenar, pudimos estar en mi casa, mis papás ya la empezaron a adoptar como una hija. Fue muy bonito, una conexión fuera del agua que este año extra lo dio”, afirmó.