PORTUGAL.- Un inmenso incendio forestal dejó al menos 61 muertos, muchos de ellos calcinados en el interior de sus vehículos, y decenas de heridos en el Centro de Portugal, donde los bomberos siguen luchando contra las llamas.
Cerca de 900 bomberos y 300 vehículos combatían aún ayer por la tarde el fuego que se declaró desde el pasado sábado en la localidad de Pedrogao Grande, a unos 50 kilómetros de Coimbra, en la región de Leira.
Según un nuevo balance anunciado por el secretario de Estado del Interior, Jorge Gomes, el incendio dejó 61 muertos y más de 50 heridos, entre ellos ocho bomberos.
El fuego “sigue avanzando en cuatro frentes, dos de ellos de una gran violencia”, explicó.
Muchas de las víctimas se vieron atrapadas por las llamas en el interior de sus coches cuando circulaban por una carretera cercana. “Es difícil decir si estaban huyendo del fuego o fueron sorprendidos por él”, según Gomes.
La peor
tragedia
En estas colinas, que estaban cubiertas de eucaliptos y pinos, la devastación era total.
De cada lado de la carretera nacional IC8, a lo largo de al menos 20 kilómetros, una espesa capa de humo blanco quedaba suspendida sobre los árboles carbonizados y el suelo ennegrecido.
Frente a unas casas abandonadas, se veía un coche calcinado. Más lejos, el cadáver de un hombre cubierto con una sábana blanca yacía a pocos metros de la carretera principal, rodeado de policías equipados con máscaras.
Decenas de personas que huyeron de sus casas fueron acogidas por los habitantes de una localidad cercana.