Villahermosa.- Es conducta habitual de los “inspectores” de la Zona Luz del Centro Histórico de esta capital, vejar y robarle a los niños tzotziles vendedulces y boleros, que caen en sus manos, afirman comerciantes establecidos de esta área y que durante años “hemos sido testigos”.
Leonardo Echeverría, propietario de un negocio en la Zona Luz, afirma que en realidad este grupo de empleados del ayuntamiento son “unos bandidos extorsionadores” de los infantes que tienen la necesidad de obtener ingresos con la venta de chicles y golosinas.
El pasado martes, un camarógrafo de una televisora de cable captó el momento en que un menor, originario de San Juan Chamula, fue obligado por un funcionario municipal a tirar al suelo los dulces de su canasta y le robó también cajetillas de cigarros que vendía al menudeo.
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