En los últimos días la ciudadanía, es decir habitantes de a pie como tú y como yo, hemos visto cómo el país, el estado, y muchos municipios se encuentran convulsionados por los paros carreteros, bloqueos, plantones y manifestaciones donde se afecta a la ciudadanía, por decisiones del gobierno, condiciones climáticas y/o del entorno.
Nuestro estado no es la excepción, tenemos plantones de todo tipo, de maestros, de productores de café y/o caña de azúcar, estudiantes, en fin de todo lo que nos podamos imaginar. Para ser más puntual, solo esta semana han estado cerradas, ya sea de manera indefinida o por algunas horas, las principales autopistas del estado, considerando los manifestantes que esta es la única forma para que sus reclamos sean escuchados.
Pero nos debemos cuestionar, qué pasa con un sinnúmero de mercancías, perecederos, farmacéuticos con fecha de caducidad limitada o qué decir de los enfermos que son trasladados de urgencia, que sometidos a la toma de carreteras, seguro sufrirán afectaciones. Las pérdidas de los empresarios, comerciantes, personas enfermas o sus familiares que por estos bloqueos están siendo numerosas y muchas veces irreparables, algunas mercancías están aseguradas, pero las que no cuentan con coberturas para este tipo de eventos o contingencias, ¿quién cubre estos agravios? Con seguridad los empresarios y el propio gobierno buscaran encarecer los precios a los productos y sus servicios, por la pérdida que les genera el traslado de sus mercancías o el pago a los servicios, por cierto de no muy buena calidad, pero no debemos preguntar, ¿y las pérdidas humanas o riesgos de salud? ¿quiénes son los responsable?
Una de las partes más sentidas del caso es que, aunado al problema de los bloqueos y manifestaciones con tomas de carreteras, nuestro estado se ve nuevamente afectado por fenómenos naturales de graves consecuencias, imaginémonos que mucha mercancía no llega a su destino por bloqueos, carreteras dañadas, puentes caídos, es imperdonable que salvaguardando los derechos de unos lastimen los de terceros.
Después de esta serie de afectaciones, uno también se pregunta, los enfermos que deben ser trasladados de urgencia, en ambulancias terrestres, en autos particulares para llegar a la clínica más cercana, o simplemente donde puedan darles la atención requerida, también se han visto afectados, cuántos de ellos no han tenido fatales consecuencias a causa de este mismo tipo de marchas y bloqueos, los medicamentos necesarios, de por sí escaso, para atender afecciones graves en los nosocomios de nuestro estado, también se han visto mermadas a causa de estos eventos.
Que pasa con los niños que no tienen clase, que por el tipo de economía que priva en México, donde la mayoría de las madres trabajan, o simplemente son madres solteras y no cuenta con algún lugar o alguna persona, para que les cuiden a sus hijos, algunas veces en los trabajos las reciben de mala gana con los pequeños, o la mayoría de veces los deben dejarlos con algún familiar, algún pariente o algún vecino, arriesgando y exponiendo a los infantes a cualquier tipo de maltrato y vejación sin que sea percibido, o tolerado por la necesidad, cuántos casos no llegan a perder su fuente de ingreso por las inasistencias, por los retardos, en fin. Cuando aprenderemos a respetar los derechos de los demás.
Las ciudades de casi todo el país, no fueron planeadas para los niveles de población con que se cuenta en la actualidad, pensando en Xalapa la capital de nuestro estado, con una muy deficiente infraestructura vial, aunada a marchas, bloqueos, plantones, cuando no son los maestros, llegan los cañeros, los ecologistas, pobladores de otros municipios en contra de algún reclamo, estudiantes, anarquistas, los famosos cuatrocientos pueblos, etc., etc. Se convierte en un verdadero caos para los ciudadanos, el poder desplazarse en un campo minado como es en estos momentos. Hace unos días en un traslado de Córdoba a Xalapa, por cualquier carretera, realicé más de 8 horas, claro con las respectivas 5.5 de manifestaciones tolerando los de por sí ya impropios descalificativos y molestias que aquejan a los manifestantes, con muchas molestias de mi parte y de muchos más.
Las carreteras del estado y las calles de nuestras ciudades, entre los fenómenos meteorológicos a los que han sido expuestas y el desgaste, están intransitables, llenas de baches, hoyos, que son cubiertos y no vistos por las inundaciones, quien cubre los gastos en que incurre un ciudadano común al transitarlas, averías ya sea en un neumático, el rin o hasta la suspensión del vehículo, adicionales a estos contratiempos las marchas, plantones, bloqueos.
Para nuestra mala fortuna aquí no termina el problema, ahora se presenta una nueva oportunidad para la delincuencia común y organizada, entre marchas, bloqueos, plantones, el mal estado de las calles, fenómenos climáticos y la dificultad de desplazamientos por el estado de calles y carreteras, aprovechando, abordan a las personas varadas en los plantones, ya sean vehículos particulares, camiones de carga y camiones de pasajeros, a despojarlos de sus pertenencias, bienes, mercancía, donde lo común es decir, lo importante es que estás vivo, lo importante es que a ti no te paso nada, lo material va y viene, pero ciudadano común, yo te pregunto, ¿cuándo nos llegó este tipo de consuelo, cuándo nos conformamos con esta situación, cuándo dejaremos de ser permisivos con este tipo de situaciones?
Yo no cuestiono si tienen o no razón de hacer los plantones, marchas y manifestaciones, quiero referirme, como lo decía nuestro gran pensador y prócer, Don Benito Juárez, “…entre los Pueblos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz…” ¿Usted, qué Opina?
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