por: Roberto Valerde García / columnista
Ayer martes el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, estuvo en el municipio de Suchiate, Chiapas, en los límites fronterizos con Guatemala, lo acompañaron altos mandos del Ejército, de la Policía Federal y también estuvo el gobernador Manuel Velasco Coello.
Estuvieron todos en un módulo de atención ciudadana ,donde elementos de la Policía Federal interactúan con niños y jóvenes y de manera didáctica abordan temas de seguridad.
El tema viene a relucir porque la semana pasada, justamente en Chiapas, y allá por Suchiate, en la tienda de conveniencia de una gasolinería fue visto el exgobernador prófugo de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, muy campante y quitado de la pena.
¿Quiénes lo vieron? Un grupo de veracruzanos que andaba de viaje por aquellos rumbos y que a su regreso al parar, alrededor de las 18:00 horas en una estación de servicio para pasar al baño, ¡¡Ohh sorpresa!! Javier Duarte iba llegando manejando una camioneta Toyota, Land Cruisser de color gris acero, de modelo muy reciente y con placas del Estado de Chiapas, aunque los jarochos no salían del asombro que no pudieron ni siquiera tomarle una fotografía y para cuando lo intentaron, Duarte de Ochoa, que se percató de las placas de Veracruz de inmediato se retiró del lugar junto con tres acompañantes, dos hombres y una mujer.
La persona que me ha proporcionado esta información, trabajó en el Gobierno del Estado durante los dos sexenios anteriores, por lo que afirma que muy difícilmente podría confundir al exgobernador nativo de Córdoba.
Mi fuente comenta que aunque ya era de tarde y empezaba a oscurecer, el exmandatario usaba un sombrero tipo cazador, tratando de ocultar su identidad ante la comunidad, sin embargo, su voz es inconfundible y no usaba lentes. Vestía un pantalón caquí, camisa blanca de lino, zapatos casuales y se destaca que la camioneta que manejaba, aunque último modelo, pero estaba toda enlodada, como si hubiesen salido de algún rancho, a través de un camino de terracería y lodoso.
Llama la atención que andando por allá toda la plana mayor de la seguridad federal, nadie tenga indicios de la presencia del exgobernador Javier Duarte de Ochoa, por quien la Fiscalía del Estado de Veracruz ofrece 15 millones de pesos a quien aporte información que lleve a su localización y captura.
Y es que ya son muchas coincidencias amable lector; mire usted, hacia finales de octubre del año pasado, el padre Alejandro Solalinde ubicó a Javier Duarte en Chiapas y acusó que el político tenía protección gubernamental.
Posteriormente, el suegro del exmandatario prófugo, Antonio Tony Macías Yazegey, anunció que se iba con su familia a Chiapas “para estar más tranquilo”. Después, el 19 de noviembre de 2016, Mario Medina, presunto primo de Karime Macías Tubilla, fue detenido en el aeropuerto de Tapachula, Chiapas, con pasaportes falsos, uno de ellos con la fotografía de Javier Duarte de Ochoa, con bigote, pero con el nombre inscrito de Alex Huerta del Valle.
Ha trascendido que la PGR ha cateado al menos una residencia y un rancho en el Estado de Chiapas, donde presuntamente se escondía el cordobés, pero no se le ha localizado, lo cierto es que ya son muchas coincidencias.
Ojalá que ya que el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong anda por allá, pusiera a trabajar a su equipo de inteligencia para detener de una vez por todas al peor Gobernador en la historia de Veracruz. Sugerencias y comentarios enviarlas a:
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