AGENCIA
Xalapa, Ver.- La Arquidiócesis de Xalapa, a través de su comunicado dominical, ha instado a la sociedad y a las autoridades mexicanas a abordar con carácter de urgencia tres problemáticas que considera críticas: la violencia, la desigualdad social y la falta de desarrollo integral. Estas cuestiones, subraya el texto firmado por Juan Beristain de los Santos, director de Comunicación Social de la Arquidiócesis, afectan profundamente la vida cotidiana en todo el territorio nacional, incluida Veracruz.
El comunicado señala que la violencia sigue azotando varios estados del país, creando un entorno de inseguridad que limita la convivencia y el desarrollo social. Además, denuncia que, a pesar de la abundancia de recursos alimentarios, persisten altos niveles de pobreza y desigualdad, dejando a muchas personas sin acceso a una alimentación adecuada.
“Es saludable para la ciudadanía reflexionar sobre cómo ser mejores personas y contribuir al bienestar de sus comunidades,” menciona el documento, haciendo un llamado a una transformación personal y social.
La Arquidiócesis también enfatiza la importancia de la unidad y la esperanza en tiempos difíciles, recordando que es responsabilidad de todos buscar el bien común y no esperar que otros actúen en su lugar. “Tener esperanza no significa dejar que los demás lo hagan todo por y sin nosotros, sino estar todos incluidos en la búsqueda de soluciones,” recalca el comunicado, apuntando a la participación activa como un deber tanto civil como religioso.
El llamado de la Iglesia Católica llega en un contexto de creciente preocupación social por los problemas estructurales del país, y plantea la necesidad de acciones colectivas y gubernamentales que permitan enfrentar estos retos.
Veracruz y su gente están completamente abandonados, no hay justicia, no hay ley, ni orden, la narco violencia se apoderó de todos los municipios, controlando a las autoridades cobrando piso y abusando de la población frente a la mirada inerte de Morena.
Una evidencia más del estado fallido que se vive en nuestro país. El crimen organizado es tratado con respeto, deferencias y exceso de abrazos en tanto que la población es dejada a su suerte y tienen que migrar a causa de la violencia que las organizaciones criminales ejercen.
