córdoba.- Hay de todo en las bandejas de correo de El Buen Tono. Opiniones, felicitaciones y por supuesto reclamos hacia las autoridades y en particular hacia el alcalde Tomás Ríos, por su dejadez, su aparente complicidad y su apatía frente a hechos que requieren de intervención urgente y efectiva.
Si la autoridad municipal hiciera caso, hasta les compartiríamos los correos que recibimos. Pero como en otros temas que requieren su atención inmediata, Tomás Ríos parece poco interesado en participar, para resolver, la problemática de la Central de Bomberos de la ciudad.
Y lo entendemos. Cuando se coluden con quienes se corrompen; cuando se alían con empresarios dehonestos. Cuando la autoridad corrupta saca ventaja -normalmente económica- del desorden y la necesidad, simplemente no le interesa que las cosas se resuelvan. Al contrario.
Pero el tema es urgente. En este reporte, a lo largo de cuatro entregas, hemos dado cuenta de una realidad que no solamente lastima, sino que requiere atención inmediata.
Una cosa es el atraco a los activos de los Bomberos, el obstaculizar sus posibilidades de ingreso; el robar el agua que la ciudad dona a esta Corporación para comercializarla, y otra también importante, es dejar que la Institución siga deteriorándose y quede en la ruina, en la ineficacia, y en la ineptitud.
¿Tiene Córdoba con qué enfrentar una emergencia real? No. ¿Está tan lejana una situación en la que nuestras vidas o nuestros bienes dependan de Bomberos oportunos, eficientes y comprometidos? No.
¿Es confiable el servicio que presta actualmente esta Corporación? No.
Todos deberíamos preocuparnos. Un cortocircuito en un mercado, en un centro comercial, en un edificio de departamentos, en una vivienda de una manzana repleta de construcciones de madera, cartón… otro camión de pasajeros que se incendie, el control de pastizales incendiados cerca a una zona habitacional… Todo sucede y puede suceder en un segundo, y en unos segundos más convertirse en una debacle que, otra vez, resulte en pérdidas de vidas y de patrimonios porque los bomberos más cercanos, los únicos con que contamos, no asistieron. Y si lo hicieron, no pudieron vencer oportuna y diestramente al enemigo. O llegaron pero sin agua, porque la que la ciudad les da para su trabajo, se fue en otras pipas, a ser vendida por la hija del bombero Mayor…
Urge, pues, reconocer que el Mayor Aíza debe dejar la estafeta y pasarla a gente más comprometida con la misión de la Corporación. Urge que esta Institución recobre la confianza que la sociedad ya no le tiene, y con nuevos elementos, jóvenes y mejor preparados, con mejores equipos, brinde un verdadero servicio a la ciudad y a sus habitantes.
Abraham Aíza no sólo está anciano, también está enfermo, y debe dedicar esfuerzos diarios a combatir su enfermedad. La ciudad y la Corporación ya le rindieron homenajes. Ya le dio las gracias. ¿Para qué exponerse a que sea recordado no como el que dedicó su vida a los bomberos, sino como el que destruyó su imagen, y dejó a la Corporación en la quiebra total, sin “tropa”, sin activos… sin la confianza de la sociedad?
Como se incluye en el Acta Constitutiva, el Patronato y su Consejo Directivo debe formarse con gente más comprometida con la ciudad, no con parientes o amigos. Hay cláusulas que rigen el cómo y el qué de quienes pueden retomar esta responsabilidad.
¿Qué espera, qué ha esperado Hidrosistemas para denunciar el robo indiscriminado de Agua Potable que todos los cordobeses pagamos para su producción y demás procesos?
Elvia Aíza debe dejar de lucrar con la Institución. Si ya aprendió del negocio de vender agua, pues que lo siga, lo amplíe y lo mejore, sin andar robando el agua de una ciudad que le ha dado un destino de servicio, no de lucro ilegal.
Las cámaras y clubes de servicio de la ciudad, deben involucrarse en el tema. Esas son también su función y su misión.
Y la autoridad… Ah, la autoridad. ¡Si no ayuda, que no estorbe! Que deje de ser cómplice de corruptelas y cochinadas que en este caso tambíen exponen a la ciudad y sus habitantes a un problema muy serio.
Los Bomberos deben, volver a ser ejemplo para otras organizaciones de este tipo, de otras ciudades y estados. Ahora, es una vergüenza que nos apena a todos los cordobeses y a quienes aquí vivimos o por aquí transitamos.
Se queda mucho en el tintero. Esperamos que por ahora, el reporte de El Buen Tono despierte conciencias y provoque acciones. Y si no, pues seguiremos intentándolo. Para eso estamos…