Sandra González
EL BUEN TONO
IXTACZOQUITLÁN.- Visiblemente cansadas, con rostros marcados por la desolación y tristeza, un grupo de mujeres llegó a Cuautlapan tras una travesía extenuante. Una de ellas relató los sacrificios y dificultades que han marcado sus vidas en los últimos meses.
La mujer, que prefirió permanecer en el anonimato, compartió los desafíos de dejar atrás familiares, amigos e incluso hijos en busca de un futuro más prometedor.
Dijo que la travesía se ha convertido en una odisea agotadora, con noches durmiendo donde pueden, enfrentando las inclemencias del clima.
“No nos permiten tomar transporte ni subir al tren; solamente podemos avanzar a pie; migración nos baja”, expresó con un tono de frustración en sus palabras.
Al preguntarle sobre el tiempo que llevan caminando, su respuesta fue: “Ya vamos para tres meses”. Durante este tiempo, han enfrentado diversos peligros, pero uno en particular ha dejado una cicatriz profunda en sus recuerdos: la creciente delincuencia en su país de origen, Honduras.
“La vida en Honduras se ha vuelto muy difícil debido al gobierno actual. No hay trabajo, los impuestos son elevados, todo está caro, el salario es mínimo y los alimentos son inalcanzables. Un cartón de 30 huevos cuesta 170 lempiras, que equivale a 130 pesos mexicanos”, detalló la mujer y lo corroboró un acompañante varón, evidenciando las condiciones precarias que motivaron su decisión de emigrar.
El grupo de tres personas reveló que cada familia lleva consigo un promedio de 3 o 4 pequeños, amplificando los desafíos y la vulnerabilidad en su búsqueda de una vida mejor. Su historia resuena como un testimonio vívido de la lucha diaria de aquellos que buscan un refugio lejos de la adversidad que enfrentan en sus países y poder superarla.