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UNA TERNA DE CAL

Superiberia

Por: Andrés Timoteo  / columnista

UNA TERNA DE CAL

Aunque no incluye a personajes que garanticen totalmente una fiscalización profesional, certera y apartidista de los ejercicios presupuestales, la terna integrada por la Comisión de Vigilancia de la Legislatura Local para presentarla al pleno y votar al que se convertirá en el titular del Órgano de Fiscalización Superior (ORFIS) durante los próximos siete años, hasta el 2026, por lo menos no contempla al actual responsable del organismo, Lorenzo Portilla Vázquez, quien buscaba reelegirse.

Vaya, una de cal por tantas de arenas. Portilla Vázquez es un verdadero pillo que ha amasado una fortuna personal al frente del ORFIS y ha utilizado la información del mismo para satisfacer intereses y saciar resquemores de los gobernantes en turno. Durante el sexenio duartista fue omiso al grado de la complicidad delictiva porque nunca emitió una observación ni mucho menos un señalamiento documental sobre el saqueo financiero perpetrado por Javier Duarte y sus compinches.

 Luego, con el panista Miguel Ángel Yunes Linares se puso a su disposición para arremeter contra su antecesor -aunque más bien se vio obligado a hacerlo porque la labor de fiscalización la hizo el propio Yunes Linares desde antes de asumir el gobierno- traicionando a Duarte y apurando supuestas denuncias por los desfalcos financieros. Lo mismo hizo cuando llegó el morenista Cuitláhuac García Jiménez.

 Al nuevo gobernante le ofreció su ayuda para exhibir al yunismo aportando expedientes para abrir denuncias por presuntas irregularidades en las cuentas públicas del bienio. Portilla pretendía sobrevivir al cuitlahuismo, como lo hizo con el duartismo y el yunismo, embelesándolo al presentarse como diligente colaboracionista en la ‘cacería de brujas’ de los antecesores.

 El tipo quería reelegirse en el cargo pese a que estaba impedido porque la legislación vigente impide la repetición de otro periodo del titular en funciones. Sin embargo, creyéndose que se postulaba para un cargo de elección popular acudió al argumento legaloide de que había sido electo por un marco jurídico anterior que no lo imposibilitaba y exigió que se le respetara a la no retroactividad de las leyes.

 A pesar de ser una premisa falsa, se le permitió inscribirse en el proceso para seleccionar al nuevo titular del organismo, pero no fue escogido para la terna que ayer trascendió a la prensa y que será llevada a una votación plenaria para su votación.  Bien por los legisladores que no se prestaron al juego de este señor para mantenerse en el cargo. Si se confirma la terna, ésta ya lleva un beneficio al gobernante actual.

 Lo anterior porque le sacudirán al alacrán que tuvieron en la solapa sus dos predecesores, así de simple. La exclusión es, claro, un tortazo en la cara al pretencioso Portilla Vázquez quien llegó a integrar una especie de equipo de campaña para promocionar su reelección y pagó jilguerillos en la prensa para ensalzarlo como el ideal para mantenerse al frente del ORFIS.

 De poco sirvieron las gacetillas algunos espacios de opinión para auto alabarse. La ironía es que Portilla recurrió a los mismos voceros del duartismo para su autopromoción y a pesar de que muchos de ellos hoy son panegiristas del morenismo, ni así lo pudieron ayudarlo para acomodarse en las querencias del nuevo régimen estatal. Ni modo, fue dinero perdido para el urgido de la reelección.

 Ahora, con la conclusión de su periodo el frente del ORFIS y la llegada de un nuevo responsable, tendrá que hacerse la obligada revisión del desempeño del propio Portilla Vázquez, es decir auditarlo y en su caso proceder legalmente por los evidentes vicios, omisiones, complicidades y corrupción que impera en el organismo. Es asunto de obligada asepsia: vigilar al vigilante.

LA PRIMERA MUJER

La terna elegida por la Comisión de Vigilancia está integrada, obviamente, por gente cercana al morenismo, aunque los tres colaboraron en administraciones priistas. La previsión es que por vez primera una mujer sea electa como auditora general del ORFIS y así, terna real es entre Delia González Cobos y Cecilia Coronel Brizio, ambas parte de la actual administración estatal.

 La primera funge como procuradora fiscal de la Secretaría de Finanzas y Planeación (Sefiplan) y la segunda es jefa de la Unidad Administrativa de la Secretaría de Desarrollo Económico y Portuario (Sedecop). Ellas dos tienen experiencia en asuntos contables y fiscalización, aunque Coronel Brizio ya ha trabajado en el ORFIS y en la Contraloría General del Estado, mostrándose como la más calificada para el cargo. 

El tercero es Jorge Hernández Loeza, hermano del exalcalde de Banderilla, Francisco Hernández y quien ha colaborado en la Contraloría de la Universidad Veracruzana y en el ayuntamiento de Xalapa con el priista Américo Zúñiga. Por supuesto, el elegido para asumir las riendas del ORFIS no será votado por su formación ni por su experiencia o su honestidad, sino por la garantía que proporcione de lealtad al gobierno en turno.

 Los ciudadanos veracruzanos no deben soslayar este asunto del relevo en Órgano de Fiscalización Superior porque el titular es el encargado de verificar el buen uso de sus recursos estatales que salen del bolsillo de todos, y en su caso proceder a pedir castigo contra los que se lo roben. Es algo así como el vigía del cajón de los dineros.

 Por eso la terna para el ORFIS debe ser de interés popular, no solo de los funcionarios que esperan que una ‘tapadera’ en ese sitio. De entrada, ya hay una ganancia para todos: al impresentable Lorenzo Portilla le fue vetada la oportunidad de eternizarse en ese cargo para seguir manoseando la vigilancia de las cuentas públicas.

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