Por: Andrés Timoteo / columnista
Una ballena azul fue encontrada varada en uno de los andadores del río Sena, la Quai de Tournelle, justo atrás de la mítica Catedral de Notredame. Especialistas en el rescate de esos cetáceos acudieron rápidamente para tratar de salvarla, pero ya era demasiado tarde, pues el enorme mamífero de una veintena de metros había fenecido. “Salió del Sena a morir, es una consecuencia del daño que le hemos hecho al planeta, a las aguas y a los que habitan en ellas”, comentaban los activistas.
Se trató de la recreación del varamiento del cetáceo en pleno corazón de la Ciudad Luz, algo que ocurre todos los días en las orillas de los grandes océanos, donde extrañamente las ballenas llegan a morir, pero que en París se trató de un suceso formidable que durante todo el fin de semana causó expectación, tanto en los parisinos como en turistas, y especialmente fue la delicia de los niños más que de los adultos, pues no es común ver a un animal de este tamaño, aunque sea un artificio.
Y provocó más curiosidad en aquellos pequeños que conocen el cuento infantil Coquelicot, la ballena que quiso visitar París porque escuchó la plática entre un marinero y un pescador de que París era la ciudad ideal para el amor y conseguir amigos, pues la habitaban gente pequeña y amistosa. La ballena Coquelicot se sentía pequeña en el océano, donde tampoco tenía amigos. Entonces, decidió iniciar un viaje hasta París para encontrar amigos y tal vez el amor.
La ballena del cuento no murió en París, sino que se dio cuenta que el río Sena estaba tan contaminado
-había todo tipo de trebejos en su fondo- que decidió dar la vuelta y regresar al ancho mar. Con la otra ballena, la que falleció varada a orilla del Sena, el grupo ambientalista belga Captain Boomer buscó sensibilizar al mundo sobre la protección ambiental. Debería desatar la reflexión una ballena muerta en pleno París, la ciudad sede de la Cumbre Mundial sobre el Cambio Climático (COP21) en diciembre de 2015.
No hay que olvidar que de esa conferencia salieron los Acuerdos de París, que son un compromiso de 193 países para reducir la emisión de gases de efecto invernadero y tomar medidas paralelas para detener el calentamiento global. La ballena, el animal más grande sobre la tierra, es una referencia icónica frente al cambio climático, pues a pesar de ser de tamaño enorme depende de un frágil equilibrio en el ecosistema marino, y su muerte recuerda al mundo que todo el Reino Animal -en el que está incluido el hombre- se encuentra en grave riesgo por el daño al Planeta.
La instalación de la ballena azul varada a un lado del Sena ya había sido expuesta en la ciudad bretona de Rennes en 2016 por el mismo colectivo ambientalista y ahora iniciará una gira por varias urbes francesas. Tampoco es la primera vez que se monta un performance en París relativo al cambio climático. Apenas el pasado 9 de abril, en la Plaza de la República, la periodista Anne Cazaubon, organizó una ‘liberación’ de mariposas de papel que ‘volaron’ por todo el lugar con apoyo de dispersores de aire. Una imagen que cada vez es menos frecuente en el mundo.
Las mariposas son otros de los animales en vías de extinción a causa de la actividad humana -la desaparición de bosques y el uso de insecticidas y pesticidas en la agricultura-, y al igual que la ballena, llegaron hasta París, Ciudad del COP21, para exigir que se detenga la depredación de los ecosistemas. Su desaparición sería, según los científicos, el inicio de una extinción en cadena que incluye al ser humano.
OTRO CACHALOTE
En temas locales y mucho menos amables -más bien repulsivos- el fin de semana fue ‘vinculado a proceso’ -o sea, se le reconoció como responsable de delitos- el exgobernante Javier Duarte de Ochoa, al que se le dictó una prisión preventiva de dos años, tiempo en el cual se tendrá que desahogar el juicio y obtener una sentencia. Ese mismo lapso lo pasará en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México y no en una cárcel de máxima seguridad -como querían todos- ni en una prisión de mediana seguridad o psiquiátrica, como pedían sus abogados.
Así, ese cachalote que ni es noble ni representa nada bueno -a diferencia de las ballenas azules- quedó enjaulado. No obstante, lo que se le finca en ilícitos se queda corto. Se le acusa de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita, pero Duarte cometió cosas peores que el saqueo de recursos. Fue el responsable de crímenes de lesa humanidad que se cometieron bajo su Gobierno y con su tolerancia, y además de haber sido el continuador del pacto que su antecesor, el innombrable, hizo con los cárteles del narcotráfico para bañar en sangre a Veracruz.
Pese a ello -a que se le acusa de algo mínimo frente a lo que- el morbo quedó satisfecho al verlo portando el uniforme de prisionero. Un deleite para todos los que siguen padeciendo sus trapacerías. Y aunque esta vez no hubo risas burlonas ni dichos insolentes como en las comparecencias anteriores, su enjuiciamiento no deja de ser parte de la obscenidad política. Es muestra de lo que le permitieron hacer: robar a manos llenas sin que la Federación le pusiera un alto, crear una red de mafiosos para espoliar el tesoro estatal y una vez robado el dinero, se lo gastó en lujos y excesos de todo tipo. Recuperar lo saqueado será otro de los retos de la justicia.
Como parte de ese espectáculo obsceno, la Procuraduría General de la República (PGR) identificó que la red de cómplices de Duarte se compone de 9 personas -que son mucho más, pues todo su gabinete y asesores era una riada de ladrones- y que su esposa, Karime Macías, estuvo involucrada en el saqueo financiero. Además, salió a relucir el nombre de la llamada “viuda alegre”, la expanista Xóchitl Dominga Tress, quien fue esposa del desaparecido alcalde electo de Juan Rodríguez Clara, Gregorio Barradas, asesinado en 2010 por gente del crimen organizado antes de tomar posesión.
Tress Rodríguez se desempeñó como directora de Espacios Educativos del gobierno de Duarte y la PGR la identificó como la “amante” del cordobés, a la que le regaló un departamento y un automóvil de lujo comprados con dinero público. Y alrededor de este espectáculo procaz, pero que llena portadas y abre noticieros televisivos y radiofónicos, está otro más deprimente: el de una ala del periodismo local, añorante de los privilegios fidelistas y que esperaba que Duarte fuera liberado para burlarse de sus acusadores.
Ellos pedían que Duarte les fuera dado como un mesías para saciar sus resquemores contra el gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares. Así como lo oyen: hay opinadores que rezan porque Duarte salga impune, lo que es también una muestra de la obscenidad mediática y falta de ética en el quehacer periodístico. Los aludidos llenan planas y saturan comentarios vaticinando -con sesudos análisis- que Duarte de Ochoa no estará más allá de seis meses en prisión, y hasta lo comparan con la ex lideresa magisterial, Elba Esther Gordillo, con quien comparte abogados.
Sin embargo, tal análisis -con sus pronósticos- no encaja. Gordillo, quien sí era una mujer poderosa con la cual se sentaban a pactar presidentes de la República y gobernadores, ya lleva cuatro años presa. La detuvieron el 26 de febrero de 2013, menos de tres meses después que Enrique Peña Nieto inició su Gobierno, en diciembre de 2012. No ha logrado la libertad aún con su poderío y sobre todo, con todos los secretos oscuros que sabía de los gobernantes.
Lo más que han logrado sus abogados ha sido mantenerla en un cuarto de hospital, pero presa al final de cuentas. ¿Creen que Duarte sepa más o sea más poderoso que Elba Esther Gordillo para a salir incólume a los seis meses de cárcel? Claro que no, el cordobés estará un buen tiempo en la cárcel. Sobre todo si en el 2018 gana la presidencia el PAN o Morena, sus expectativas de liberación se harán agua. No hay que creerles mucho a los apologistas de la fidelidad, pues sus proyecciones sobre el futuro de Duarte no se desprenden de análisis políticos serios sino de deseos reprimidos e intereses personales.
DIOS LOS HACE…
Y para cerrar el tema de los animales, otro tipo que tiene apodo de uno de ellos se paseó el fin de semana por la zona Centro. Se trata del senador guerrerense Armando Ríos Piter, a quien le gusta que le digan “El Jaguar” y quiere ser “candidato independiente” a la Presidencia en el 2018. Es más, se presenta como el “Macrón mexicano” -en referencia al mandatario francés Emmanuel Macrón- ya que ha prometido vencer a los partidos tradicionales y crear un cambio político en México. ¿La nieve de qué sabor la prefiere?
Ríos Piter no es independiente, siempre ha estado ligado a los partidos políticos. Militó en el PRD, pero siempre ha tenido acuerdos con el PRI y con los gobiernos de Guerrero y del País, emanados del mismo. El Senador es una especie de ‘engaña-bobos’ pues dice que renunció al Sol Azteca por el caso de los 43 estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa, cuando él fue uno de los que hizo campaña y en su momento respaldó a José Luis Abarca, el exalcalde de Iguala, además que siempre se ha quedado callado ante los crímenes de lesa humanidad desde tiempos del calderonato.
Peor aún, a Veracruz se hizo acompañar de otro de su mismo pelo, el expanista Juan Bueno Torio, quien ya fue candidato ‘independiente’ en el 2016 y fue rechazado por todos los ciudadanos que conocen su trayectoria. En Ríos Piter y Bueno Torio se cumple lo que dicen los abuelos del pueblo: “Dios los hace y ellos se juntan”. Los ciudadanos no deben dejarse engatusar por este tipo de personajes que se publicitan como independientes y puros, pero arrastran tremenda cola, tal vez por eso se deja apodar como los animales.