Por Mauricio Flores. / columnista
Un rezo para el Grado de Inversión
Ante la posibilidad real que las agencias calificadoras reduzcan la calificación crediticia de Petróleos Mexicanos, el consejo de administración que encabeza Rocío Nahle tiene la tarea vital de sustanciar y darle credibilidad al programa de inversión 2019 de la empresa productiva del Estado pues además de la calificación de Pemex está en juego el Grado de Inversión acosado por una abultada deuda federal.
El programa de inversión, de 13,700 millones de dólares como es ampliamente conocido, no fue bien recibido el pasado fin de semana por la comunidad inversionista en Nueva York, pues no “vendió” la forma en que podrá sustentarlo una petrolera que adeuda más de 86 mil millones de dólares. De ahí el temor que Moodys que aquí representa Alberto Jones-Tamayo, Fitch Ratings a cargo de Lucas Aristizabal y Standard&Poor’s que lleva Víctor Herrera le califiquen a la baja… y acto seguido, la deuda de Pemex se convierta en deuda soberana y cargar 120 mil millones de pesos anuales al costo financiero de la deuda federal que ya ronda los 11 billones de pesos.
Son tres elementos los que generan las dudas entre inversionistas y calificadoras: sí se podrá hacer coincidir la plataforma de producción con el doble propósito de aumentar la refinación nacional y mantener la plataforma de exportación; la construcción del Refinería de Dos Bocas se financiará con recursos propios de Pemex; y costo, alcance y duración del programa alterno de distribución en el programa de combate al robo de combustible.
La calidad crediticia del País está en observación negativa desde la decisión del presidente Andrés Manuel López Obrador de cancelar la construcción del NAIM; pese a ello aún conservamos el Grado de Inversión, en la rayita pero se mantiene. Hay que hacer todo lo posible -incluso plegarias- para evitar la degradación.
Fibra Tren Maya
Ciertamente el aumento de las tasas de interés en EU, los datos de desaceleración económica mundial, las observaciones negativas sobre calificación crediticia de México y disminución en la expectativa de crecimiento económico 2019, eleva el costo del crédito para proyectos de infraestructura. Sin embargo, para el proyecto del Tren Maya que coordina Rogelio Jiménez Ponds, tales eventos no representan una complicación por sí misma: su financiamiento parte de un esquema de FIBRA (de la cual se conocerán detalles en un par de semanas) cuyo principal componente es capital de aportantes privados. Evidentemente los aportantes buscarán un rendimiento mayor al que obtendrían en inversiones crediticias, pero la seguridad de una alta plusvalía a largo plazo es imán para los inversionistas institucionales.
El cobro de Lenia
En la Asociación Mexicana de Publicidad Exterior que encabeza Raúl Barrios corre la versión de que el asenso de Lenia Batres (nombre feminizado de “Lenin”) en la dirección de asuntos jurídicos de la Seduvi, la CDMX a cargo de Claudia Sheinbaum cobrará un derecho a los propietarios de inmuebles que rentan sus espacios para anuncios espectaculares y anuncios en vallas o muros ciegos. Un rasponcito a una industria que factura 3,500 millones de pesos anuales, aseguran.
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@mfloresarellano