Adriana Estrada
El Buen Tono
Orizaba.- La solidaridad y el amor al prójimo, son los principales valores que han permitido que Casa de la Misericordia continúe otorgando sus servicios desde hace siete años a la población más vulnerable de toda la región.
Aquí no hay distinción de religión, pues aunque es un proyecto que administra Cáritas Orizaba y forma parte de la Diócesis de Orizaba, la ayuda se le brinda a todo ciudadano que lo requiera.
El proyecto se abrió el 7 de marzo de 2016, bajo la dirección del padre Marcos Palacios, pero ahora es dirigido por el párroco Román Elías Oficial Gil, y 45 voluntarios que se sumaron al funcionamiento de la Casa, que durante casi los 365 días del año brinda atención gratuita en áreas de psicología, jurídica, médica, vestido, tanatología y su fuerte, la alimentación.
La casi esquina de Sur 11 y Oriente 2, se ha convertido en el referente de apoyo de alimentos a la población que lo necesite, en este lugar, junto al Monte Carmelo, de lunes a sábado un grupo de voluntarios dirigidos por el padre Román preparan alimentos para compartirlos a un costo significativo, 5 pesos, recaudación que tiene como objetivo que los beneficiados se sientan incluidos en el proyecto de ayuda y le den un valor a lo que se comparte.
A pesar de los años de pandemia, el servicio no cerró, pero se otorgaron los alimentos para llevar; a partir del mes de noviembre de este año, se dio la reapertura del comedor, donde desde las 13:00 horas se empieza a servir su plato y pueden degustarlo sentados, en una mesa y bajo techo, pero quienes lo prefieren, se lo llevan a su hogar; algunos otros deciden que el “parque López” sea su “comedor” al aire libre.
De manera diaria se ofrecen hasta 250 platillos, que incluyen sopa o arroz, un guiso con carne, ensalada, tortilla o pan, agua y postre.
En la Casa se atiende a población que proviene de los municipios de Atzacan, Ciudad Mendoza, Huiloapan, Ixhuatlancillo, Ixtaczoquitlán, La Perla, Mariano Escobedo, Maltrata, Magdalena, Nogales, Orizaba, Rafael Delgado, Río Blanco, Tequila, Tlilapan, San Andrés Tenejapan y Soledad Atzompa.
Las piezas clave para que pueda funcionar Casa de la Misericordia son el trabajo que hacen los voluntarios, y las donaciones que se otorgan de manera altruista.