Nahúm Bastian
El Buen Tono
CÓRDOBA.- En las entrañas del primer cuadro de la ciudad se erigió una majestuosa construcción, hoy en día se ubica la escuela Cantonal Francisco Hernández y Hernández, nombre adoptado en honor al exgobernador de Veracruz.
Su instalación fue en el año de 1887 y hasta nuestro días continúa fungiendo como un plantel que alberga tres escuelas, sin embargo, el paso del tiempo ha dejado graves estragos en su infraestructura, las autoridades escolares indicaron que la falta de escrituras, al ser una donación realizada por la hacendada Ana Francisca de Irivas en el año de 1705, la excenta de recibir recursos federales.
La Cantonal iniciaría sus actividades con una plantilla de 256 alumnos y el puesto de director lo ostentó Joaquín E. Ortega, de la subdirección quedó a cargo Rómulo F. Oliva, mientras que los profesores fundadores fueron José María Casas, Enrique Peña, Antonio Salas y Eliseo Arévalo. La institución además contaba con un conserje y un mozo, cuyas plazas fueron ocupadas por Manuel Valdés y Vicente Huerta respectivamente.
VESTIGIOS EN
‘LA CANTONAL ‘
En noviembre del año 2016, durante los trabajos de construcción de la cisterna para los sanitarios y de un aula, personal del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), hizo del conocimiento público el hallazgo de vestigios prehispánicos y correspondientes al periodo colonial de los siglos XVII al XIX, como fragmentos óseos de animales, enseres de un taller de herrería, una salida de emergencia sellada, un camino empedrado prehispánico y un pozo de agua profundo, lo que arrojó que en dicho sitio habitaban pobladores desde hace mil 300 años.
El director del Museo de Palmillas e investigador, Fernando Miranda Flores y la arquitecto Irma Becerril Martínez, supervisora de monumentos históricos del INAH Veracruz aseguraron que dicho descubrimiento fue el primer indicio de ocupación prehispánica en el centro de Córdoba, “el área se ubica en el interior de la escuela, hacia la avenida 2 se ubica una salida de emergencia sellada y un vestigio de mil 300 años de antigüedad, era una especie de plataforma que veía hacía el río San Antonio”, indicó Miranda Flores.