Córdoba.- La autopista Córdoba- Veracruz es una vía intransitable debido al cúmulo de vehículos que la atiborran ante los trabajos de mantenimiento inoportunos y carentes de visión.
A todas horas se pueden apreciar largas filas de autos y camiones que se quedan varados por horas con el consiguiente atraso y perjuicios en su tiempo y economía.
Por si fuera poco, esta autopista continúa en pésimo estado a pesar de que cada año supuestamente la reparan.
Los baches, que más bien parecen cráteres lunares, cunden por doquier y ni porque es una autopista carísima puede estar al 100 por ciento.
Apenas la semana pasada aumentó a 103 pesos el costo del peaje en la caseta de Cuitláhuac, lo que constituye una burla para los miles de automovilistas que transitan a diario por esta ruta.
Si estuviéramos en un país de primer mundo con un gobierno eficiente, esa autopista estaría en óptimo estado.
Pero además, cuando estuviera en reparación, los concesionarios a deberían reducir su costo, porque cobran un servicio incompleto, es decir, que no lo otorgan de manera eficiente.
Además de los perjuicios que causan a los viajeros, quienes deben transitar por esta autopista que debería ser de altas especificaciones, pues muchos van a consultas médicas, acuden al aeropuerto para tomar vuelos o tiene agendadas otras actividades, y por tener que utilizar esta autopista deficiente pueden perder sus citas.
Asimismo, esos baches que inundan el camino causan daños a los automóviles y cuando algún incauto tiene el infortunio de caer en uno de esos cráteres, la aseguradora que tiene contratada la concesionaria de esta autopista hace dar miles de vueltas a los afectados para pagarles, y eso cuando lo hace, porque muchas veces ni eso.
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