Por: Olivia Carrera / columnista
Dedico este artículo a todas las mujeres. Las bebés, las empresarias, las mujeres originarias de la Sierra, las texto servidoras, las amas de casa, las oficinistas, las vendedoras de amor, las estudiantes, las artistas, a las vendedoras ambulantes, a las modelos, en fin a todas … ¡Mil felicidades! Y va como un reconocimiento a toda clase de sufrimiento femenino, un homenaje desde estas pequeñas líneas. Nos queremos ocupar de poner hoy atención especial a todas aquellas jovencitas, las que son integrantes de una interminable lista de desaparecidas.
Es lamentable que pese a la importante evolución y transformación social que ha vivido el mundo en las últimas décadas; continúe siendo la mujer una víctima más de todo tipo de maltrato en muchas partes del planeta. Este acto no es sólo exclusivo de América Latina; sino en toda la tierra y hasta en la más remota o recóndita población, la mujer continúa viviendo injusticias.
Las mujeres parias de Bangladesh
En el Día Internacional de la Mujer no podemos dejar de mencionar a las parias, aquellas mujeres que pertenecen a la “supuesta casta más baja” social de Bangladesh, al Sur de Asía. Son aquellas débiles mujeres que no alcanzan los derechos mínimos humanos debido a injustas leyes y debido a que por el simple hecho de pertenecer a una “casta menor” no tienen derechos fundamentales. Las niñas parias son reclutadas como prostitutas sin percibir ningún salario, teniendo sólo el derecho a la comida.
Algo interesante también que pasa con las mujeres musulmanas que por idiosincrasia se deben cubrir desde la cabeza hasta los pies. Lo que atenta contra su propia libertad.
En la cultura oriental las geishas, quienes desde niñas eran preparadas para dedicar su servicio para pertenecer a la Okias, a las que les tenían que servir casi de por vida. Claro, con el tiempo este ritual de preparación fue evolucionando hasta convertirse hoy en día en una cuestión netamente de espectáculo, sólo como parte de una herencia milenaria sin tener un compromiso tan apegado a un estilo de vida.
las mujeres que son víctimas sociales
Ser mujer pobre e indígena es una lamentable historia sin lugar a duda. Y como muestra basta un botón. En el pasado mes de febrero, la PGR pidió disculpas públicas a tres mujeres indígenas que fueron víctimas sujetas a proceso debido a que “supuestamente” tenían secuestrados a unos elementos de la Policía Federal. Algo que de entrada era completamente inverosímil de creer, 11 años en la cárcel que fue lo que duró el proceso, le pregunto querido lector ¿Con una disculpa creen que se recuperarán esos años perdidos? En la Alerta Amber muchas jovencitas de 12 a 16 años son buscadas incansablemente. Las causas son diversas, por ejemplo: muchas niñas están siendo reclutadas por y para redes de prostitución. Algo nada difícil de saber pero imposible de acabar. Quiénes son los culpables: autoridades, los propios padres de familia, pero sobre todo la sociedad en general, ya que en este mundo todos debemos ser responsables. Todos debemos cuidar a los menores de edad. En Tenancingo, Tlaxcala es increíble ver como niños de nivel primaria ya dicen querer dedicarse a ser proxenetas (padrotes), me pregunto ¿Qué está haciendo el Estado para inculcarle a los niños el respeto sobre las mujeres y eviten vernos como mercancía? Muchas leyes protegen a los hombres y esto debe ir cambiando paulatinamente, las mujeres debemos ser más libres de prejuicios en la medida que nos preparemos y capacitemos.
Cuando las mujeres actuemos con una inteligencia emocional y lo racional sea cuando tengamos que ser racional y lo emocional cuando tengamos que ser emocionales, entonces sabremos calibrar y actuar de manera inteligente cuando se requiera.
La mujer debe manejar con inteligencia lo que no pueda llenar con inteligencia, saludos. Hasta las próximas notas.
Dedico este artículo con todo mi amor a la gran mujer que es mi madre, por sus valiosas enseñanzas y por luchar para hacerme una mujer valiente.
