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Último adiós acuden cientos al campo

Superiberia

Camarón.- “Son campeones, debemos ponerlos en las manos de Dios, en el último momento de su vida idealizaban con alegría y entusiasmo buscar una corona y un triunfo, el que encontraron en el cielo; hoy también son campeones”, expresó el padre Nicolás 

Hernández Flores, en la eucaristía celebrada en el  campo, lugar en el que se congregaron los 21 difuntos que perdieron la vida en el accidente del río Atoyac, luego de que el camión en el que viajaran tuviera una falla mecánica.

 

Camarón es lugar pequeño, por lo que con diferencia de pocas cuadras, casi cada dos había un sepelio y donde no había, se turnaban por ratos para acompañar a los vecinos y familiares, en ese momento de dolor, que por su inmensidad quebraba al más fuerte, aún no siendo de la familia.

 

Durante la mañana de ayer se realizaron rezos en las viviendas de los difuntos, donde se observó poca luz debido a que en su mayoría estaban iluminados por velas y rodeados de cientos de flores, arreglos florales y coronas con diversas leyendas de solidaridad.

 

Cerca de las 14:30 horas los vecinos y familiares sacaron de cada casa de donde eran velados los difuntos los arreglos florales y coronas en mano, otros los transportaron en camionetas e incluso se turnaron para cargar los ataúdes abarrotando las calles la población de la comunidad, que tuvo la solidaridad de vecinos de Soledad de Doblado, Paso del Macho y Atoyac, quienes acudieron a acompañar a sus conocidos y amigos.

 

Los dolientes al llegar al campo deportivo colocaron frente a un altar que instaló la iglesia, dos filas cada uno de 10 ataúdes y al lado de éstos sillas donde se encontraban los padres, hermanos, novias, de quienes los despedían con los rostros de dolor, que se denotaban por las lágrimas y la cara descompuesta por el suceso de una muerte trágica.

 

Durante la misa, dieron lectura del Libro de la Sabiduría y Job, por lo que en el sermón el padre, expresó que “aunque uno muera injustamente el justo tendrá un descanso. Dios se ha llevado a estos hermanos para que la maldad no los pudiera perturbar”.

 

Reconoció  que “el dolor es grande, y llena a más de uno pues cada habitante siente esta tragedia. Le damos el último adiós a estos hermanos que tenemos que ponerlos en las manos de Dios”; al nombrar a cada uno y hacer mención de algunas de sus cualidades el padre que presidía la eucaristía también se quebró, sentía suyo el dolor y reconoció que no le dio tiempo visitar a todas las familias, pero lo hará para llevar consuelo.

 

Mencionó que Israel era un chico alegre; Miguel Ángel era generoso, joven que supo compartir la vida con todos; Fátima era amiga, hija, hermana, chiquilla sonriente al juego; Agustín Gómez siempre se interesó en ayudar al prójimo.

 

Jonathan era alegre y entusiasta; Plutarco optimista, luchaba por lo que necesitaba y supo compartir en la necesidad; Arturo compartía alegrías, se preocupaba por sus hijos; Ramón se identificó en el juego; Juan Pablo compartía gratas vivencias. Así también Gregorio, Alejandra, Edgardo que deja mucho dolor en su mamá; Marilyn, una chiquilla sonriente y optimista. Así también reconoció la huella que dejaron Guillermo, William y José Ignacio.

 

Pidió a la Virgen María los ayude a soportar y entregar el dolor que sienten por la partida de sus familiares y amigos; al momento de la bendición muchos rompieron en llanto en ese acompañamiento, no sabían a quién abrazar para darse un poco de fortaleza. Al menos una persona se desmayó y dos más constantemente requirieron la atención de Protección Civil de Camarón, que les tomaron la presión, aplicaron alcohol y animaron ante el momento de shock. Estudiantes de la Universidad Veracruzana de Psicología y de Ingeniería arribaron para acompañar a Marilyn y a Edgardo, novios que partieron de esta vida juntos al pretender ir a ver el partido del Club Deportivo Camarón. 

 

Algunos féretros tenían sobre sí además de flores los uniformes rojos del equipo, a los de la porra les colocaron una calcomanía del equipo por el que fueron más allá de la vida.

 

Lo captado en la colecta de esta eucaristía será repartido entre los familiares de los difuntos y de los lesionados, para sobrellevar estos días. A esta pena se unió la Iglesia de Nuestra Señora de Lourdes, en California, que se unió de forma solidaria con 22 mil 203 pesos para los afectados, la que entregará la Iglesia en los próximos días, según anunciaron.

 

Una vez que culminó la eucaristía todos caminaron al panteón, donde fueron acompañados por un mariachi que entonó La Barca y así otras melodías que anunciaban la partida de los difuntos de Camarón.

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