El gobierno saliente de Joe Biden informó en dos ocasiones al equipo del presidente electo, Donald Trump, sobre las negociaciones para un alto el fuego entre Israel y el grupo chií libanés Hizbulá. Este acuerdo busca poner fin a más de un año de enfrentamientos entre ambos países.
Notificaciones estratégicas al equipo de Trump
Un alto funcionario estadounidense confirmó que el equipo de Trump fue notificado por primera vez el pasado 5 de noviembre, inmediatamente después de las elecciones presidenciales, cuando las conversaciones entre Israel y Hizbulá habían alcanzado un punto crítico. La segunda notificación ocurrió en las últimas 48 horas, antes de que Biden anunciara oficialmente el acuerdo desde la Casa Blanca.
Según la misma fuente, el equipo de Trump “parece estar a favor” del acuerdo, reconociendo sus beneficios para la seguridad de Israel, Líbano y Estados Unidos. Sin embargo, se aclaró que el equipo de Trump no participó en las negociaciones, impulsadas exclusivamente por la Administración Biden.
Detalles del acuerdo y etapas clave
El alto el fuego, que entrará en vigor el próximo miércoles a las 10:00 hora local, contempla tres etapas principales:
- Tregua inicial para detener las hostilidades.
- Retirada de Hizbulá al norte del río Litani y repliegue de las tropas israelíes del sur de Líbano en un plazo de 60 días.
- Negociaciones bilaterales entre Israel y Líbano para delimitar la frontera, actualmente definida por una línea de la ONU desde 2006.
Bombardeos intensifican la tensión previa al alto el fuego
A pesar de las expectativas de paz, la fuerza aérea israelí ha lanzado nuevos ataques intensivos en Líbano, incluyendo la capital, Beirut. Estas acciones, consideradas unas de las más violentas del conflicto, reflejan el complejo escenario previo a la implementación de la tregua.
Trump y su posición frente al acuerdo
Aunque Trump no se ha pronunciado oficialmente sobre el alto el fuego, sus declaraciones previas muestran su firme apoyo a Israel y su deseo de que los conflictos en Líbano y Gaza concluyan rápidamente. Esta postura podría fortalecer la percepción de continuidad en las políticas de seguridad de Estados Unidos hacia Medio Oriente bajo su mandato.
El acuerdo marca un momento histórico, pero su éxito dependerá de la implementación efectiva de sus términos y del compromiso de ambas partes. Mientras tanto, la región sigue enfrentando tensiones que amenazan la estabilidad lograda en la mesa de negociaciones.