Las tensiones comerciales entre Estados Unidos y Canadá han vuelto a ser protagonistas en la agenda internacional. Este martes, el asesor comercial del presidente Donald Trump, Peter Navarro, confirmó que finalmente la administración estadounidense no duplicará los aranceles al acero y al aluminio canadienses, manteniéndolos en el 25 por ciento en lugar del 50 por ciento que se había previsto.
Cuando se le preguntó en rueda de prensa si el presidente renunciaría a la imposición del 50 por ciento de aranceles sobre estos productos, Navarro respondió de manera afirmativa: “Puedo confirmarles eso”. Sin embargo, Trump no ha ratificado oficialmente esta declaración, lo que mantiene un halo de incertidumbre sobre el tema.
Origen del Conflicto Arancelario
En febrero de 2025, el presidente Trump anunció su intención de duplicar los aranceles al acero y al aluminio canadienses como represalia ante el incremento del 25 por ciento en el precio de la electricidad que la provincia de Ontario exportaba a tres estados de EE. UU. No obstante, tras negociaciones diplomáticas, Ontario suspendió dicho aumento, lo que llevó a la Casa Blanca a reconsiderar su postura y a mantener los aranceles en su nivel original del 25 por ciento.
La noticia generó alivio en los mercados, que habían reaccionado con nerviosismo ante la posibilidad de aranceles más altos, lo que podría haber afectado significativamente a la industria manufacturera y de construcción en ambos países.
Respuesta de Canadá y Conflicto en la OMC
A pesar de la decisión de Estados Unidos de no aumentar los aranceles, la relación comercial entre ambos países sigue siendo tensa. En respuesta a las medidas de Washington, Canadá impuso contramedidas, estableciendo aranceles del 25 por ciento sobre productos como vías de tren, tuberías y planchas de acero, además de un 10 por ciento sobre otros bienes de consumo y alimentos estadounidenses.
Adicionalmente, el gobierno canadiense presentó una demanda formal ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) contra Estados Unidos, alegando que las medidas arancelarias impuestas eran injustas. La embajadora canadiense ante la OMC, Nadia Theodore, afirmó que la respuesta de Canadá era necesaria para defender sus intereses comerciales.
Si bien la suspensión del aumento de aranceles parece haber evitado una escalada inmediata del conflicto, el futuro de las relaciones comerciales entre Estados Unidos y Canadá sigue siendo incierto, con la posibilidad de nuevas disputas en el horizonte.
