
Washington D.C., 4 de abril de 2025 – El expresidente Donald Trump ha vuelto a sacudir la agenda política y migratoria de Estados Unidos con el lanzamiento oficial de la llamada “Visa Dorada” o “Gold Card”, un nuevo y controvertido programa que promete residencia permanente —e incluso ciudadanía— a inversionistas extranjeros que desembolsen al menos 5 millones de dólares al gobierno estadounidense.
El anuncio se realizó a bordo del Air Force One, donde Trump, con su estilo característico, mostró un prototipo de la tarjeta que lleva su propia imagen. “Queremos atraer a personas ricas y exitosas”, declaró. “Gente que gastará mucho dinero, pagará impuestos y generará empleos”.
¿Qué es la Visa Dorada?
Este nuevo esquema reemplazará al programa EB-5, vigente desde 1990, eliminando requisitos como la creación de empleos o la inversión en zonas específicas. En su lugar, la Gold Card funciona como una especie de “compra directa” de residencia, simplificando el proceso migratorio para quienes puedan costearlo.
Además de la residencia permanente, el programa ofrece una vía rápida hacia la ciudadanía estadounidense, según palabras del propio Trump.
Promesas ambiciosas… y amistades incómodas
Trump estima que podría vender “quizás un millón” de estas visas, lo que generaría hasta 5 billones de dólares para ayudar a reducir el déficit fiscal. En un comentario que ha generado polémica, sugirió que oligarcas rusos podrían estar entre los compradores:
“Conozco a algunos que son muy agradables y pueden permitírselo”.
Críticas y riesgos
Pese al optimismo del exmandatario, la Visa Dorada ya enfrenta una avalancha de críticas. Expertos en migración y seguridad advierten que el alto costo, sumado a los elevados impuestos en EE.UU., podría hacer poco atractivo el programa frente a opciones más accesibles como las de Portugal o Malta.
La abogada de inmigración Shereen Chen señaló que el nuevo monto podría excluir a inversionistas de países con controles de capital, como China, y abrir la puerta a problemas de verificación de fondos y riesgos de lavado de dinero.
El secretario de Comercio, Howard Lutnick, aseguró que se seleccionarán “ciudadanos globales de clase mundial”, aunque aún no se han revelado los criterios específicos ni el destino exacto de los fondos recaudados.
¿Una estrategia legalmente viable?
Más allá de su propuesta económica, el programa podría enfrentar obstáculos legales y políticos, ya que las políticas migratorias de esta magnitud suelen requerir aprobación del Congreso.
Además, el anuncio llega justo cuando varios países europeos, como España, han decidido cerrar sus propios programas de visas doradas ante preocupaciones por corrupción, especulación inmobiliaria y seguridad nacional.
🔍 ¿Oportunidad o privilegio disfrazado?
Mientras Trump vende la idea como un salvavidas económico, la Visa Dorada divide opiniones: para algunos, es una jugada audaz que atraerá capital; para otros, es un peligroso atajo que convierte la residencia en un lujo exclusivo.
Lo cierto es que este nuevo capítulo migratorio apenas comienza y, por ahora, genera más preguntas que respuestas.
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