AGENCIA
EEUU.- En su primera conferencia de prensa desde Mar-a-Lago tras la certificación de su victoria electoral, el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, lanzó una serie de declaraciones polémicas sobre México, Canadá y el Canal de Panamá, reafirmando su postura de priorizar los intereses estadounidenses en política exterior.
Trump criticó la relación comercial entre Estados Unidos y México, calificando al país vecino como “esencialmente dirigido por los cárteles” y señalando que es “un lugar muy peligroso”. Además, advirtió que si México no detiene la entrada de millones de personas de manera ilegal a Estados Unidos, impondrá “grandes aranceles” como medida de presión.
En un giro inesperado, Trump propuso cambiar el nombre del Golfo de México a “Golfo de América”, argumentando que es “un nombre hermoso y apropiado”. La congresista republicana Marjorie Taylor Greene anunció que presentará un proyecto de ley para oficializar este cambio.
El presidente electo también se quejó de que Canadá depende del ejército estadounidense y aseguró que su administración exigirá compensaciones económicas. Trump incluso sugirió que Canadá podría convertirse en el estado 51 de Estados Unidos y reveló que alentó al exjugador de hockey Wayne Gretzky a postularse como primer ministro o gobernador.
Estas declaraciones se producen en medio de una crisis política en Canadá, donde el primer ministro Justin Trudeau anunció su intención de renunciar tras el nombramiento de un nuevo líder del Partido Liberal.
Trump también arremetió contra Panamá, acusando al país de imponer tarifas excesivas a los barcos estadounidenses que utilizan el canal y de permitir que China “básicamente tome el control” de la vía interoceánica. No descartó el uso de “coerción militar o económica” para recuperar el control del canal, calificándolo como esencial para la seguridad económica de Estados Unidos.
Prometiendo una “época de oro” para su país, Trump reiteró que su administración se centrará en redefinir las relaciones internacionales en favor de los intereses estadounidenses, asegurando que “se requieren dos para bailar tango” y enfatizando que Estados Unidos tomará medidas decisivas para garantizar su seguridad y prosperidad económica.
Las declaraciones de Trump reflejan su enfoque agresivo y sin precedentes en política exterior, lo que anticipa un inicio de mandato lleno de controversias y desafíos diplomáticos.