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Nacional.- A casi diez años de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, la esperanza sigue viva para Clemente Rodríguez, padre de Christian Rodríguez Telumbre, uno de los estudiantes desaparecidos en el trágico ataque del 26 y 27 de septiembre de 2014. Aunque las autoridades le informaron que se había identificado un fragmento óseo de su hijo, él se rehúsa a aceptar que esto ponga fin a su búsqueda.
El 2 de julio de 2020, Clemente recibió la visita de Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos y presidente de la Comisión para la Verdad del Caso Ayotzinapa, y de Omar Gómez Trejo, entonces fiscal especial del caso. Ambos funcionarios llegaron hasta su hogar en Tixtla, Guerrero, para entregarle una noticia devastadora: un pequeño fragmento de una falange del pie derecho, hallado en la Barranca La Carnicería en Cocula, había sido identificado como perteneciente a su hijo, según estudios del Laboratorio de la Universidad de Innsbruck, en Austria.
“A mí hijo le pudieron cortar sus piernas, sus brazos, pero una persona puede vivir así, y a mí la esperanza no me la van a quitar”, declara Clemente Rodríguez, decidido a continuar la búsqueda de su hijo. Para él, la falta de un cuerpo completo es motivo suficiente para seguir adelante. “No podemos dar por muerto a mi hijo mientras no haya más resultados”, asegura.
Aunque el gobierno le indicó que “su hijo ya no va a volver”, Clemente se aferra a su convicción de que la justicia aún no ha llegado. La identificación de restos óseos no es suficiente para sanar el dolor de una familia que, tras años de incertidumbre, aún no tiene respuestas definitivas. “Mi corazón no va a estar tranquilo hasta que paguen los culpables”, afirma con firmeza.
Hasta el momento, solo se han identificado los restos de tres normalistas: Alexander Mora Venancio, Christian Rodríguez Telumbre y Jhosivani Guerrero de la Cruz. Sin embargo, el paradero de los otros 40 estudiantes sigue siendo un misterio. Para los padres y familiares de los desaparecidos, la lucha por la verdad y la justicia continúa, a pesar del paso del tiempo y los escasos avances.