El pasado 14 de diciembre, una cápsula Soyuz a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS) sufrió una fuga de refrigerante que controla la temperatura interna de la cápsula y, el cual ha quedado drenado y expulsado al espacio.
Este incidente que duró varias horas e interrumpió las operaciones de la estación y obligó a los cosmonautas rusos a refugiarse junto con los astronautas de la NASA. La fuga se produjo cuando los cosmonautas se preparaban para una caminata espacial de rutina, que fue cancelada tras detectar en la emisión en directo de la NASA la fuga del material.
Por ahora, los astronautas de la misión rusa se encuentran varados en la ISS sin un plan concreto para rescatarlos, salvo que la empresa del fundador de Tesla, Elon Musk, SpaceX podría ser la pieza clave para dicho rescate. Expertos de Roscosmos, la agencia espacial rusa, y de la NASA evalúan qué causó el daño, qué tan grave es y cómo hacer regresar a los tres miembros de la tripulación en marzo próximo, que es cuando está programada su vuelta a la Tierra.
La situación no supone una amenaza inminente para la vida de los astronautas, pero es necesario tener planes de actuación preparados por si algún imprevisto hiciera necesaria una evacuación de la estación espacial.