AGENCIA
Hermosillo.- Ambientalistas y pobladores de la Sierra Alta de Sonora denuncian graves afectaciones a la fauna, flora y a la población local debido al proyecto ferroviario que inició su construcción a principios de este año en la región. La obra, destinada al transporte de material y mercancía hacia Estados Unidos, ha levantado preocupaciones sobre su impacto en especies protegidas y en áreas de alto valor biológico.
Sergio Müller, director de Caminantes del Desierto A.C., una organización dedicada a la protección de la vida silvestre, alertó que más de 500 especies, incluyendo jaguares, ocelotes y osos negros, podrían resultar afectadas por la construcción del tren en la Sierra Alta de Sonora. Además, resaltó que el área conocida como rancho El Aribabi, certificada por el gobierno federal por su alto valor biológico, alberga la única población de luciérnagas en Sonora.
La ruta del tren también amenaza al río Cocóspera, vital para comunidades como Ímuris, Magdalena, Santa Ana, Trincheras, Ptiquito y Caborca. La construcción del ferrocarril no solo conllevaría daños ecológicos, sino también sociales, al fragmentar campos agrícolas y zonas ganaderas.
A pesar de que las autoridades han informado de manera limitada sobre el proyecto, el gobernador Alfonso Durazo indicó que se trata de una obra federal a cargo de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), con una inversión de 7 mil millones de pesos para la construcción de 70 kilómetros de vías.
Ambientalistas y pobladores exigen la suspensión temporal de la obra mientras se establecen acuerdos y se otorgan los permisos necesarios. Solicitan la apertura de mesas de diálogo entre el gobierno federal, las comunidades afectadas y el gobierno estatal para buscar soluciones y considerar alternativas menos perjudiciales desde el punto de vista ecológico y social.
Aunque reconocen la necesidad de mejorar la infraestructura para facilitar el intercambio comercial México-Estados Unidos, instan a las autoridades a considerar otras propuestas alternativas, como el cruce de las vías del tren por las montañas, que, aunque más costoso, provocaría menos impacto ambiental y social.
Ambientalistas y pobladores se mantendrán vigilantes en defensa de la Sierra Alta de Sonora y sus especies, insistiendo en la importancia de proteger el entorno natural y encontrar soluciones que minimicen el daño causado por este proyecto ferroviario.
