de la Redacción
el buen tono
Xalapa.- La millonaria promoción personal a costa de los recursos públicos de Veracruz ha sido uno de los aspectos más notorios de Patrocinio Cisneros, quien parece estar obsesionado con la idea de convertirse en el sucesor de Cui-tláhuac García en la administración del estado.
Pero sus aspiraciones ya quedaron cortas al socavar la autoridad de Rocío Nahle, quien busca ser la próxima gobernadora de la entidad, pues “Bola 8” buscó su propio beneficio político sin considerar lealtades ni compromisos previos.
Además, se le ha señalado por amenazar a miembros destacados del gabinete estatal y utilizar a la Fiscalía General del Estado y a la Secretaría de Seguridad Pública, para llevar a cabo represalias personales, así como venganzas políticas.
Y es que se la ha pasado encarcelando a todos sus enemigos políticos, inventando leyes que eran ilegales, como la de “ultrajes a la autoridad”, que usó contra Castán.
Al igual que todas las tramposas “corcholatas” morenistas y las de sus contrincantes de enfrente, su desdén por la Ley Electoral fue más que evidente, violándola en repetidas ocasiones, haciendo actos anticipados de campaña, simulando la promoción de su libro, que hasta los recursos y talleres del gobierno desvió para imprimirlo.
Eso aunado a sus espectaculares, de los cuales pretendió con cinismo culpar a los negritos de Veracruz de ser ellos quienes cooperaron para pagarlos e impulsarlo a él, a pesar de que muchos de estos no tienen recursos ni para hacer sus tres comidas.
Además, todos los anuncios que instaló Patrocinio Cisneros a lo largo del estado, eran con el mismo diseño e impresión.
Es por lo anterior que Cisneros está por salir del cargo que ha ocupado desde diciembre de 2018, caracterizado por un liderazgo autoritario y represor.
Su ambición y falta de consideración por el bienestar y la estabilidad política de Veracruz, han generado un clima de incertidumbre y descontento entre los ciudadanos y los miembros de su partido.
