El 5 de junio se conmemoró el Día Mundial del Medio Ambiente. En esa ocasión, el presidente Enrique Peña Nieto presentó, de la mano del secretario del ramo, Juan José Guerra Abud, y en presencia de diferentes secretarios de Medio Ambiente y procuradores ambientales estatales, organizaciones civiles y medios de comunicación, la Estrategia Nacional de Cambio Climático, herramienta que resulta de gran utilidad y que emerge en un extraordinario momento, demostrando una vez más que la sustentabilidad ambiental es una prioridad de la presente administración.
Son valiosas las tareas emprendidas desde distintas trincheras para proteger la biodiversidad de nuestro país, y que atienden a las necesidades más urgentes que en esta materia se registran.
En el terreno federal se están gestando propuestas para dar autonomía a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y lograr con ello separar sus acciones de las que emprende la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
Es importante reconocer que nuestro país cuenta con leyes de primer orden en materia ambiental; sin embargo, se trabaja desde las Cámaras de Diputados y Senadores por generar las adecuaciones que permitan la conservación y el aprovechamiento sustentable de los recursos naturales.
A nivel estatal se realizan acciones para lograr que todas las entidades de nuestro país cuenten con una Secretaría de Medio Ambiente, reflejando su relevancia mediante la creación de estructuras y asignación de presupuestos suficientes.
En materia de procuración de la protección al ambiente se trabaja para que todos los estados de nuestro país cuenten con una Procuraduría Estatal de Protección al Ambiente que coadyuve en la atención y control del deterioro ambiental y promueva la correcta aplicación de la ley.
Hemos hecho hincapié en el urgente fortalecimiento de los municipios y sus presidentes, que si bien no cuentan con las herramientas necesarias para atender de manera adecuada las problemáticas en sus territorios, sí son ellos los que día a día miran de frente al ciudadano y los que se enfrentan de manera cotidiana con las causas relacionadas con los daños al ambiente. Es en los municipios de algunos estados de nuestro país donde existen ejemplos muy positivos que vale la pena replicar, como lo son las asociaciones intermunicipales.
Este nuevo modelo de gobernanza se constituye mediante la unión de municipios que, al compartir un territorio común, han caído en la cuenta de que los problemas ambientales no reconocen fronteras y que las posibilidades de éxito se multiplican cuando se trabaja en equipo. De esta forma, los presidentes se reúnen y atienden las problemáticas de una región o una cuenca, sumando esfuerzos y fortaleciendo sus gestiones, permitiendo a través de la asociación, trascender al límite de los tres años de su gobierno, heredando a los ciudadanos estructuras transparentes y participativas.
El deterioro ambiental refleja sus efectos en diversos espacios y resulta fundamental atajarlo de manera decidida. La pérdida de un manglar en una costa o un bosque en la cima de una sierra tendrá entre sus posibles efectos la generación de migración, el debilitamiento de la actividad turística, la desaparición de especies animales y vegetales, el nacimiento de grupos delincuenciales, el encarecimiento de la dotación de servicios y el detrimento de la calidad de vida de los habitantes cercanos a la zona. Además, dicho deterioro ambiental será parte de la problemática relacionada con un desastre natural cuando éste se presente en forma de huracán o deslave.
Quiero garantizar que somos muchos hombres y mujeres, desde los tres poderes y en los tres órdenes de gobierno, de la mano del presidente Enrique Peña Nieto, quienes estamos trabajando por lograr un ambiente saludable que permita elevar la calidad de vida de los mexicanos, mediante el aprovechamiento y disfrute de los recursos naturales con los que nuestro país cuenta. Conmemoremos el Día Mundial del Medio Ambiente provocando acciones que permitan su preservación y regeneración.