Un caso de extorsión y amenazas de muerte ha conmocionado al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Veracruz. Aldo Armando Hernández Castán, un trabajador del área de mantenimiento, exigió medio millón de pesos a un alto funcionario de la institución, y lo amenazó con secuestrarlo y matarlo si no cumplía con su demanda.
Hernández Castán, quien se presentó como miembro de un grupo delincuencial de Poza Rica, aseguró que la “cabeza del funcionario ya tenía precio”. Las amenazas no solo fueron de muerte, sino también de extorsión para ingresar a familiares y amigos al IMSS, con la condición de que el funcionario abandonara Veracruz o enfrentaría consecuencias graves.
Los presuntos cómplices de esta operación criminal incluyen a varios miembros de su familia y compañeros de trabajo, entre ellos su esposa, Gloria Manuela Román Castillo, quien es asistente médica en la clínica 66 de Xalapa.
Hernández Castán fue separado de su cargo tras ser investigado por el IMSS y enfrenta ahora cargos ante la Fiscalía General de la República (FGR) por delitos graves.
Este caso refleja la creciente amenaza de la delincuencia organizada que afecta a diversas instituciones en Veracruz, dejando en evidencia la necesidad urgente de reforzar la seguridad y el control interno en organismos públicos.
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