Todos roban. Todos son iguales. No les importa ni su país ni sus ciudadanos. Y el ejemplo de Andrés Granier viene a comprobarlo. Ese es el efecto que casos como los del ex gobernador de Tabasco generan en la opinión pública.
Pero más allá de esta generalización sobre los políticos, existe una tendencia que es preocupante: la cantidad de recursos con los que cuentan los gobernadores -cual pequeños señores feudales- y la baja rendición de cuentas que se les exige por ello.
Total que ya sabemos que no hay nada mejor que gastar dinero ajeno y vivir como si no hubiera mañana. Y que además no se pregunte, ¿quién pompó?
Y eso es lo que hacen prácticamente todos los gobiernos estatales. Éstos reciben presupuesto de parte del Gobierno federal que ha ido creciendo año con año. En 2006, los estados recibieron un total de 843 mil 11 millones de pesos. Para el año 2012, estas aportaciones federales fueron de 1055 millones de pesos, en donde el Estado de México, el Distrito Federal y Veracruz han sido las entidades que mayores recursos han recibido.
Pero no contentos con recibir mayores recursos de la Federación, los gobiernos estatales han decidido aumentar los montos de su deuda. Conocido es el caso de Coahuila, cuando Humberto Moreira fue gobernador. En sus cinco años al frente del estado la deuda aumentó en ¡¡¡¡17 mil 200 por ciento!!!!
A este aumento sin medida han seguido medidas drásticas para poder pagar la deuda a los bancos. Por ejemplo, se modificó la Ley de Ingresos de Coahuila para incrementar los cobros por eventos como registro de nacimientos, matrimonios y divorcios. Además se comenzó a cobrar por entrar a museos.
Y así, lo que Humberto Moreira pidió prestado sin recato, lo van pagando poco a poco los coahuilenses. Los de hoy y las futuras generaciones. Todo mientras él vive cómodo y feliz en Barcelona.
Moreira pudo endeudarse de esta manera porque hasta ahora los estados no están obligados a reportar las deudas a corto plazo. Moreira pudo ocultar la deuda y seguir pidiendo prestado más y más.
En el caso de Tabasco, al concluir su mandato, Andrés Granier también mintió sobre el monto de la deuda de su gobierno. Reportó que se debían cuatro mil 823 millones de pesos, pero al llegar Arturo Núñez al poder, dio a conocer que la deuda era cuatro veces mayor.
Se endeudan y no rinden cuentas. No sabemos si esos recursos fueron para cubrir gasto corriente, para construir alguna obra de infraestructura (ojalá) o para comprarse casas, viajes, camisas y zapatos.
Es hora de que estos pequeños señores feudales comiencen a rendir cuentas por sus abusos. A ver si la Ley de Contabilidad Gubernamental, aprobada y luego promulgada a fines de 2012 pasado, lo logra…