AGENCIA
Londres.- El incendio que devastó la Torre Grenfell el 14 de junio de 2017, cobrando la vida de 72 personas, fue la “culminación de décadas de fracaso” por parte del Gobierno y de las empresas involucradas en la construcción del edificio. Así lo revela el informe final de la investigación sobre el trágico suceso, encabezada por Martin Moor-Bick.
En sus conclusiones, Moor-Bick destacó que “la simple verdad es que todas las muertes que se produjeron eran evitables”, señalando que los residentes de la Torre Grenfell sufrieron “graves errores a lo largo de varios años y de diversas maneras por parte de quienes eran responsables de garantizar la seguridad del edificio y de sus ocupantes”.
El informe subraya que el incendio fue resultado directo de la negligencia en la elección de materiales combustibles utilizados en la construcción y renovación del edificio. A lo largo de las décadas, tanto las autoridades gubernamentales como las empresas privadas fallaron en valorar adecuadamente el impacto de estos materiales, ignorando las advertencias y los estándares de seguridad.
La tragedia de Grenfell se ha convertido en un símbolo de las fallas sistémicas en la regulación y supervisión de la seguridad en la construcción de edificios residenciales. Las conclusiones del informe no solo buscan esclarecer las causas del desastre, sino también señalar la responsabilidad de aquellos que, al no cumplir con su deber, contribuyeron a la pérdida de decenas de vidas.
La comunidad afectada y los sobrevivientes han exigido justicia y medidas concretas para evitar que una tragedia similar vuelva a ocurrir. El informe final podría ser un paso crucial hacia la rendición de cuentas y la implementación de reformas necesarias en el sector de la construcción y la seguridad en el Reino Unido.
