De nueva Zelanda a Hollywood, de la comarca de los elfos a Mordor y de Guillermo del Toro a Peter Jackson, la saga El Hobbit, cuya secuela La desolación de Smaug llega este viernes a los cines mexicanos, tiene una batalla superior que la de recuperar un tesoro y un castillo: vencer a su antecesora en taquilla, que logró los mil millones de dólares.
En un inicio esta franquicia extraída del libro escrito por J. R.R.Tolkien enfrentó diversas vicisitudes, cual travesía de “Frodo” a Tierra Media, entre las que destaca el alejamiento de Del Toro de este viaje medieval, que hacía pensar que esta “comunidad” necesitaría más que un anillo para sobrevivir.
Además de la salida del director mexicano, que significó un duro golpe para la producción, la bancarrota que atravesó MGM y la hospitalización de Jackson hizo más difícil que el sueño del neozelandés se cristalizara.
Hace un año, Un viaje inesperado vio la luz y con ello el renacer de una nueva trilogía que demostró su rentabilidad, al ingresar en taquilla el doble del presupuesto con el que contó la trilogía entera.
Jackson, quien tuvo 500 mdd para la producción de los tres filmes, reunió a las estrellas de tv Evangeline Lilly (Lost) y Lee Pace (Pushing daysies), así como a viejos conocidos como Sir Ian McKellen, Orlando Bloom, Elijah Wood y Luke Evans (“Bardo”), quien dijo estar orgulloso de pertenecer a esta saga.
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